La empresa francesa de telecomunicaciones Orange anunció planes concretos para retirarse del mercado israelí, lo que desató fuertes reacciones políticas en Jerusalén y reclamos al gobierno galo.
La disputa diplomática se generó a partir del comentario realizado por el director general de Orange, Stephane Richard, en El Cairo indicando que, de ser posible, cancelaría inmediatamente el contrato con el operador israelí Partner Communications.
«Nuestra intención es retirarnos de Israel. Estoy dispuesto a abandonar Israel mañana, pero la cuestión es que quiero asegurarme del riesgo legal que corre la compañía. Quiero acabar con esto, pero no quiero exponer a Orange a un nivel de riesgo o a penalizaciones que podrían ser cuantiosas», señaló Richard.
Orange informó que no había motivaciones políticas tras su deseo de poner fin a esta relación.
La empresa defendió la medida argumentando que ya no quería estar presente como una marca en países donde no puede ser al mismo tiempo un operador. También afirmó que no participará de ninguna forma de debates políticos.
«No es la política del consorcio que un operador sobre el cual no tenemos control utilice nuestra marca», defendió Richard la postura en el diario «Le Monde».
«Todo esto no tiene nada que ver con el contexto politico», agregó.
Tras el comunicado, el primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, pidió al gobierno francés que se distancie de «declaraciones y acciones desafortunadas» de Orange.
Netanyahu describió la situación como «un imperdonable teatro del absurdo». El gobierno francés tiene alrededor del 25% de las acciones de Orange.
«Hago un llamado a nuestros mejores amigos a que en voz alta y clara digan que se oponen sin condiciones a cualquier forma de boicot contra el Estado judío», dijo Netanyahu.
El embajador israelí en París, Yossi Gal, envió un mensaje de protesta a los ministerios de Finanzas y Exteriores de Francia y a la presidencia francesa.
Gal solicitó al gobierno francés que se posicione claramente sobre las afirmaciones de Richard.
A su vez, el embajador de Francia en Washington, Gerard Araud, que fue embajador en Israel, escribió en su cuenta de Twitter que el gobierno francés no tiene ninguna razón para intervenir en esta cuestión porque Orange es una compañía privada.
En un tweet, Araud explicó que Richard hizo esas declaraciones respecto a retirar a Orange de Israel porque «Partner opera en territorios militarmente ocupados».
«Cuarta Convención de Ginebra: la política de asentamientos en los territorios ocupados es ilegal. Es ilegal contribuir a ella de cualquier forma», escribió.
La marca Orange está presente en Israel desde hace años a través de un acuerdo de licencia con el operador israelí Partner Communications. En abril se anunció un acuerdo adicional para 2015.
Organizaciones de derechos humanos llamaron en mayo al retiro de Orange debido a las actividades de Partner Communications en los asentamientos judíos en Cisjordania.
La ministra israelí de Cultura y Deportes, Miri Regev, exigió al presidente francés, François Hollande, «cero tolerancia al antisemitismo» y el despido de Richard. También el Centro Simon Wiesenthal condenó las declaraciones y exigió una «disculpa al pueblo judío».
Por su parte, el presidente de Partner Communications, Haim Romano, recalcó que Orange iba a tener que «pagar mucho» para compensar el daño.
Romano explicó que Partner es una compañía israelí de propiedad pública separada de Orange y que sólo tiene los derechos para ser la filial de Orange en Israel.
«Si Richard se quiere ir tendrá que pagar mucho dinero», afirmó.
Sin embargo, en Israel el anuncio de Orange se interpreta como un boicot. En las cercanías de Tel Aviv empleados de Partner Communications se manifestaron contra el anuncio de Richard y ocultaron el logotipo de Orange con grandes banderas israelíes.
El anuncio de Orange se produjo en un momento en que las autoridades israelíes están incrementando la retórica contra la campaña de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS).
Este movimiento iniciado por la sociedad civil palestina y que cuenta con apoyos internacionales, busca aislar a Israel en todas las esferas - cultural, económica, deportiva, científica, etc. -, como se hizo con la Sudáfrica del apartheid, para que cambie sus políticas respecto a la ocupación militar de Cisjordania.
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