«La presencia de los peregrinos que vienen a visitar la Tierra Santa hace que, quien vive aquí, piense que hay alguien que se interesa, que no estamos solos», señaló Fray Agustín Pelayo, un franciscano mexicano que lleva en Jerusalén desde 2003.
Las Navidades de las distintas corrientes cristianas suelen atraer a decenas de miles de peregrinos de todo el mundo entre finales de diciembre y principios de enero, y aunque el epicentro de las fiestas está en Belén, lugar en el que la tradición sitúa el nacimiento de Jesús, la inmensa mayoría pasa también por Jerusalén.
«La presencia de los peregrinos es también muy importante porque esto mueve el trabajo entre nuestros cristianos, gente que vive aquí y que muchas veces pierde la esperanza», destacó el franciscano.
En la Ciudad Vieja de Jerusalén los comerciantes árabes aseguran que se nota una cierta paralización en la actividad comercial, mientras un habitante del barrio realiza el papel de Santa Claus y se saca fotos con los viandantes para tratar de restaurar el ambiente festivo.
En un mensaje de paz desde Tierra Santa, el hombre remarcó que «Jerusalén es un lugar santo para todo el mundo por lo que todos deben rezar por la paz en esta tierra y regocijarse por el nacimiento de Jesús».
Las celebraciones de Navidad en Tierra Santa comenzarán el próximo jueves con el tradicional peregrinaje del patriarca latino, Fuad Twal, de Jerusalén a Belén, el último de su gestión como arzobispo de la diócesis tras haber cumplido 75 años.
Por la noche, después del festivo recibimiento del que suele ser objeto en la Plaza del Pesebre, oficiará la Misa del Gallo en presencia del presidente de la Autoridad Palestina (AP), Mahmud Abbás, y los cónsules de las potencias occidentales protectoras de Tierra Santa, un oficio transmitido a todo el mundo por la televisión palestina.
Por la espiral de violencia en la zona, entre octubre y diciembre murieron 130 palestinos, 19 israelíes y dos extranjeros.
Esas cifras oficiales recogen un bajón significativo durante el mes de noviembre en turismo y, en diciembre, habitual mes de peregrinación por Navidad y Año Nuevo, se registra también una menor presencia extranjera.
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