El secretario de Estado norteamericano, John Kerry llegó anoche a El Cairo para impulsar un alto el fuego en Gaza, donde desde el 8 de julio los ataques dejaron más de 100 mil desplazados, 570 palestinos muertos, más de 3.000 heridos, así como 27 soldados y dos civiles israelíes muertos.
Kerry ofreció 47 millones de dólares de ayuda humanitaria a los civiles de la franja y se reunió de inmediato con el titular de la ONU, Ban Ki Moon, para lograr una tregua.
«Estamos preocupados por las consecuencias del derecho legítimo de Israel a defenderse», declaró Kerry tras reunirse con Ban.
El canciller estadounidense recalcó que «ningún país puede permanecer parado mientras le lanzan cohetes y se excavan túneles para acceder a su territorio y atacar a su población».
En declaraciones a los periodistas, Kerry insistió además en que el objetivo es lograr cuanto antes «un alto el fuego inmediato y libre de condiciones» aunque reconoció que no resultará tarea fácil.
Respecto a la ayuda humanitaria, afirmó que Estados Unidos entregará 15 millones de dólares a la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) y el resto se encauzará a través de su agencia para el desarrollo internacional (USAID, por sus siglas en inglés).
«La violencia debe cesar de inmediato. Lo que vemos en los últimos días es inaceptable», insistió Ban en El Cairo, siendo esperado hoy en Israel.
Para el presidente de la Autoridad Palestina (AP), Mahmud Abbás, el bombardeo de Seyaía es un «crimen contra la humanidad».
Antes de llegar a El Cairo, Ban denunció la «acción atroz» del Ejército israelí el domingo en el barrio de Seyaía, en la ciudad de Gaza, donde resultaron muertos 70 palestinos.
Unas 3.000 mil personas protestaron en Nazaret, la ciudad árabe israelí más importante, contra el «genocidio en Gaza» y hubo choques con la policía.
En Cisjordania, los sindicatos y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) de Abbás llamaron a una huelga general. Y el gobierno de Turquía decretó tres días de duelo por lo que calificó de «masacre» de palestinos.
Por su parte, el jefe de Gobierno de Hamás en Gaza, Ismail Haniyeh, siguió supeditando un alto el fuego «al cese de la agresión, la liberación de los presos y la suspensión total del bloqueo israelí» a la franja.
En un comunicado, el Ejército israelí volvió a informar que la ofensiva terestre del operativo «Margen Protector» es necesaria para acabar con los lanzamientos de cohetes desde Gaza a las poblaciones civiles de Israel y para evitar que Hamás acceda a su territorio vía túneles subterráneos, de los cuales «destruyó 16».
El Ejército añadió que desde el 8 de julio alcanzó a «170 terroristas y 2,800 blancos terroristas en toda la franja».
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