El político húngaro de extrema derecha, Marton Gyongyosi, instó al Gobierno del país a elaborar una lista de judíos que suponen «un riesgo para la seguridad nacional», levantando la indignación entre los líderes judíos que ven ecos de las políticas fascistas que llevaron al Holocausto.
Gyongyosi, líder del partido político Jobbik, el tercero más importante de Hungría, señaló que la lista es necesaria debido a las tensiones generadas tras el reciente conflicto en la Franja de Gaza y que debería incluir a miembros del Parlamento.
Los rivales políticos de Gyongyosi denunciaron frecuentemente los insultos antisemitas y la dura retórica que emplea contra la minoría gitana del país. Sin embargo, el partido Jobbik nunca antes había hecho un llamamiento público para la creación de una lista de judíos.
El llamamiento llega después de que el secretario de Estado, Zsolt Nemeth, anunciara que Budapest estaba a favor de una solución pacífica al conflicto entre israelíes y palestinos que beneficiara tanto a los israelíes con ascendencia húngara como a los judíos húngaros y a los palestinos que viven en Hungría.
Según un vídeo publicado en la página web del partido Jobbik, Gyongyoni declaró ante el Parlamento que ya sabía «cuánta gente de ascendencia húngara vive en Israel y cuantos judíos israelíes viven en Hungría».
«Creo que un conflicto como ese hace que sea oportuno registrar a la gente de ascendencia judía que vive aquí, especialmente a aquellos que trabajan en el Parlamento de Hungría o en su Gobierno, ya que representan un riesgo para la seguridad nacional de Hungría», explicó el líder de Jobbik en el vídeo.
«Soy un superviviente del Holocausto», declaró el director ejecutivo de la Asociación de Congregaciones de Judíos de Hungría, Gusztav Zoltai. «Para gente como yo, esto genera un temor salvaje, a pesar de que está claro que esto solo tiene fines políticos. Esto es la vergüenza de Europa y la vergüenza del mundo», añadió.
El Ejecutivo húngaro publicó una condena sobre estos comentarios. «El Gobierno rechaza estrictamente las voces extremistas, racistas, antisemitas de cualquier tipo y hace todo lo posible por suprimirlas», manifestó la oficina del portavoz del Ejecutivo.
Gyongyosi trató de restarle importancia a sus comentarios argumentando que se refería a los ciudadanos con la doble nacionalidad húgaro-israelí. «Pido disculpas a mis compatriotas judíos por mis declaraciones que pudieron ser malinterpretadas», replicó en la página web de su partido.
El discurso antisemita de Jobbik evoca de forma frecuente un libelo de sangre con varios siglos de antigüedad que acusa a los judíos de usar sangre cristiana en sus actos religiosos.
«Jobbik pasó de representar supersticiones medievales a representar abiertamente a la ideología nazi», afirmó el rabino de la Congregación Judía Unificada de Hungría, Shlomó Koves.
Jobbik se registró como partido político en 2003 y fue ganando influencia a medida que se radicalizaba, despreciando a los judíos y a la comunidad romaní del país, formada por 700.000 personas.
La organización ganó notoriedad después de fundar la Guardia Húngara, un grupo de vigilancia desarmado que recuerda a las falanges de extrema derecha de la Segunda Guerra Mundial.
Jobbik accedió al Parlamento en las elecciones de 2010 y actualmente ocupa 44 de sus 386 escaños.
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