La violencia volvió a reinar en la noche de Tel Aviv cuando activistas de la protesta social se enfrentaron con la policía en lo que se perfila como disturbios socioeconómicos sin precedentes. Unas 85 personas fueron detenidas tras destruir ventanas y descargar contra los bancos de varios sitios, según asentó el informe policial.
 
Los manifestantes se habían reunido en la plaza Habima de Tel Aviv para marchar en contra de la violencia policial «desmedida» durante la manifestación del viernes, donde 12 activistas fueron detenidos. Los protestantes se acercaron con pancartas y carteles con las leyendas «No toque mi cuerpo; tengo derecho a hablar» y «Policía querido, por favor no interrumpa a este ciudadano quel cumple con su deber».
 
Poco después se desató la violencia. Fueron arrojados huevos contra el edificio de la municipalidad, se destruyeron ventanas de bancos, en particular los cercanos a la Plaza Rabín, y los manifestantes se atrincheraron en una tienda de campaña instalada en la mitad de la calle, símbolo de la protesta social del año pasado.

Según la policía, al menos cinco sucursales bancarias fueron afectadas. Los manifestantes también bloquearon la avenida Ibn Gavirol, una de las arterias principales de Tel Aviv, y luego cortaron el tránsito en el carril sur de la autopista Ayalón. En su intento de contener la situación, la policía antidisturbios detuvo a 20 personas para ser interrogadas, las cuales fueron subidas a un autobús y sacadas del lugar de los hechos.
 
El Fiscal Barak Cohen, quien dijo haber sido golpeado por agentes de policía que le rompieron la nariz, declaró que «hemos venido a dejar claro a las fuerzas de seguridad que la libertad es nuestra y no de ellos».
 
«A lo sumo, pueden utilizar medios coercitivos. Nunca serán capaces de tocar nuestra alma, que está empapada de la libertad. Sólo se puede detener a nuestro cuerpo», señaló.
 
Una de las líderes de la protesta social del verano pasado, Stav Shafir, aseguró que «si bien estamos luchando por lo que hicimos durante todo el año, nos dimos cuenta de que hay otra lucha mucho más grande por la democracia», y agregó que «es vergonzoso ver al Estado de Israel haciendo uso de medidas violentas y golpeando a manifestantes».
 
Por su parte, el comandante de la policía del distrito de Tel Aviv, Aharón Aksol, declaró que «Cuando llegamos a la avenida Ibn Gavirol, ese grupo - que yo llamo un grupo de delincuentes violentos en lugar de que un grupo de manifestantes sociales - comenzó a irrumpir en los bancos. Esta gente no representa a la protesta social”.

Aksol agregó que la policía permitirá a cualquier persona llevar a cabo una manifestación a favor de lo que le parezca correcto, siempre y cuando se siga al pie de la letra el cumplimiento de la ley.
 
«Nos abstuvimos de usar la fuerza e hicimos todo lo posible para permitir la protesta, a pesar de que se trataba de una manifestación ilegal. Esto se hizo con el único propósito de provocar a los funcionarios en aras de la calificación y no vamos a tolerarlo. Se cruzó toda línea roja posible. Vamos a defender los derechos de los ciudadanos con todo el rigor de la ley".

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