Lejos del furor de los bombardeos que golpean a su país, decenas de heridos sirios acuden hospitales de la Alta Galilea en el norte de Israel en busca de ayuda médica a pesar de la tensión que reina entre ambos países.
Fátima fue herida durante un bombardeo en su localidad natal de Deraa, en el sur de Siria. Fue internada a finales de julio en el hospital Ziv de la ciudad de Safed, y no cesa de elogiar al personal médico hebreo.
«Demuestran gran respeto hacia nosotros. Que Dios los proteja», afirmó, sentada en su cama, a dos pasos de la de su hija de ocho años, también herida.
Pero esta madre de nueve hijos, de 41 años, no puede esconder su nerviosismo a la idea de ser asociada a Israel, un país técnicamente en guerra con Siria desde su fundación en 1948. Por ello pide que no se cite su verdadero nombre ni que se fotografíe su rostro.
Fátima forma parte de los más de 100 sirios hospitalizados en Israel, la mayoría en los hospitales de Safed y Nahariya, en el norte del país muy cerca de la frontera con Líbano.
Según el director adjunto del hospital de Safed, el Dr. Calin Shapira, el gobierno israelí entregó cerca de un millón de dólares para la atención de los heridos sirios.
Fátima no sabe cómo llegó a Israel. Se hallaba en su casa cuando un obús de mortero cayó sobre la vivienda, hiriéndole a ella y a su hija.
«La explosión me dejó conmocionada, y no me acuerdo cómo llegué aquí, o quien me evacuó. Sólo recuerdo que la gente me ayudó a levantarme, y luego me encontré aquí, en este hospital», agregó.
Su vecina de habitación, de 15 años, también originaria de Deraa, tuvo menos suerte y perdió las dos piernas en un bombardeo.
En el servicio de cuidados intensivos, justo al lado de la habitación de las tres mujeres, está acostado un joven sirio, con una bala en el estómago.
Israel vive en alerta ante la posibilidad de una intervención militar extranjera en Siria, que podría acarrear consecuencias en el Estado hebreo.
Pero pese a la creciente tensión entre ambos países, todos los sirios que llegan al hospital son automáticamente atendidos, explicó el Dr. Shapira.
«Poco importa de donde vengan. Los recibimos en el hospital y los tratamos como a cualquier otro paciente. Uno de los principios de la profesión médica es curar, independientemente de cualquier otra consideración», explicó.
«La mayoría de los heridos que llegan de Siria son civiles inocentes, entre ellos muchas mujeres y niños que no participaron en combates», dijo y añadió que los heridos son trasladados al hospital por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
«No sabemos de donde viene o quienes son. Lo único que sabemos es que no formaban parte de las fuerzas de Assad», agregó.
Las FDI aseguran haber evacuado a decenas de sirios heridos, autorizados por razones humanitarias a pasar la línea de armisticio entre Israel y Siria, en el paso de Quneitra en los Altos del Golán, hacia el hospital Ziv, situado a unos 40 km de allí.
«Cuando están en condiciones de salir del hospital, los sirios son de nuevo entregados a las FDI, que los llevan de vuelta a Siria», afirmó el Dr. Shapira.
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