El presidente electo de Egipto, Mohamed Mursi, prometió priorizar las reformas económicas, sin desatender asuntos de gran incidencia cotidiana como el caótico tráfico vial o vetar la colocación de su foto en instituciones gubernamentales.
De acuerdo con el portavoz provisional del futuro jefe de Estado, Yasser Alí El-Afdal, Mursi se reunió con expertos, incluidos varios japoneses, para examinar y hallar soluciones a la crisis en la circulación automovilística en El Cairo.
El mandatario electo, apoyado en su campaña por la Hermandad Musulmana y su brazo político, el Partido Libertad y Justicia (PLJ), aseveró que mejorar problemas endémicos de transporte y congestión en el país será prioridad en sus primeros 100 días de gestión.
Durante su proselitismo para ganar la primera magistratura del país, Mursi también se comprometió a atajar asuntos de gran incidencia en la población como el pan, el gas para uso doméstico, la seguridad ciudadana y el saneamiento público.
La pasada reunión con expertos nipones fue una de las numerosas actividades que el dirigente islamista sostuvo desde que fue declarado vencedor de la segunda vuelta electoral.
Mursi recibió a familiares de los conocidos en Egipto como mártires de la revolución, en alusión los manifestantes, básicamente jóvenes, muertos por la represión policial durante las revueltas que derrocaron a Mubarak.
Asimismo, como parte de su pretendida ruptura con el pasado, el vocero del presidente electo aseveró que éste dio instrucciones para vetar que se cuelguen fotos suyas en los ministerios u otras instituciones gubernamentales, después de que jure el cargo.
«El nuevo presidente prefiere que Egipto sea el símbolo, y no el mandatario, pues las personas somos mortales, mientras que Egipto perdurará», acotó El-Afdal.
Activistas juveniles habilitaron en una red social de Internet un sitio denominado mursímetro para monitorear la próxima administración del nuevo jefe del Estado.
Líderes religiosos islámicos y cristianos instaron a Mursi a respetar los derechos de todos.
El Gran Muftí de Egipto, Alí Gomaa, alentó al futuro gobernante a atender y disipar los temores de los ciudadanos coptos y los problemas que aquejan a la minoría cristiana, que constituye un 10% de los más de 82 millones de habitantes del país.
Similares demandas le hizo el obispo Bojomios, papa interino de la Iglesia ortodoxa copta, aunque también alertó que tal reto requerirá del esfuerzo y el apoyo de todos a quien guiará las riendas de Egipto.
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