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Una mano a Hamás

Toda persona ducha en los avatares del prolongado conflicto palestino-israelí seguramente está convencida que aquí comienza la lectura de una nota con una fuerte visión irónica de la realidad levantina. Todo lo contrario. Lo que se pretende demostrar es que, de forma sorprendente y en contraposición a conocidas declaraciones, Netanyhau no sólo que no debilita a Hamás sino que se empecina en llevar adelante una táctica con decisiones que día a día ayudan y dan mayor sustento a tan detestado movimiento.

Durante años y bajo el auspicio norteamericano, Israel y la Autoridad Palestina flirtean con la idea de un acuerdo de paz basado en el principio de dos Estados para dos pueblos. Esta relación íntima de ambas partes no arribó más allá de un coqueteo diplomático que no tiene ninguna posibilidad de engendrar nada nuevo.

Dada la constelación interna de fuerzas políticas, Israel no está predispuesta, y si lo estaría, tampoco estaría en condiciones, de llevar a la práctica la consecuencia necesaria de un acuerdo en base a ese principio: retirada de todos los territorios ocupados en la Guerra de los Seis Días y desmantelamiento de asentamientos judíos. La Autoridad Palestina, por su parte, no puede presentarse ante su pueblo sin el logro mínimo al que arribaron Sadat en Egipto y Hamás en Gaza: restitución de todos los territorios conquistados por Israel en 1967.

Paradójicamente, este insólito equilibrio beneficia por el momento y de manera significativa a las partes. Mahmud Abbás, presidente de la Autoridad Palestina, se siente muy cómodo en su lujoso aposento logrando rechazar la irrupción de Hamás en Cisjordania gracias a la presencia militar israelí y los beneficios de un dadivoso apoyo financiero norteamericano que permite mantener un nivel mínimo de actividad económica en sus territorios.

A su vez, Netanyhau ve cumplida su misión tan sólo logrando ganar tiempo que le permita ampliar y consolidar la colonización judía en Cisjordania, acto que seguramente le permitirá permanecer por largo tiempo en el poder.  

Esta farsa política del proceso de paz del conflicto palestino-israelí está liderada, auspiciada y promovida por Obama con la ayuda del Cuarteto para Oriente Medio compuesto por los norteamericanos, Rusia, la Unión Europea, la ONU.

Las apariencias de cierta actividad diplomática obligan a esporádicos y exóticos encuentros de las partes. Uno de los tantos fue el programado para la semana pasada entre delegaciones de ambas partes presididas por sus respectivos primeros ministros: Salam Fayyad y Binyamín Netanyhau.

Ante el temor de una misiva de Mahmud Abbás dirigida a Netanyhau en términos tajantes, el gobierno israelí respondió la misma mañana del encuentro con una bofetada diplomática autorizando la legalización de tres asentamientos  ilegales - Brujin, Sensana y Rejalim - levantados sobre tierras de Cisjordania usurpadas por iniciativa privada de colonos fundamentalistas judíos («El gobierno autorizara tres colonias que se erigieron en Cisjordania»; Walla; 17.4.12).

En la fecha que el pueblo palestino conmemoraba el «Día del Prisionero», esta conducta fue la gota que rebosó la serenidad de Fayyad, motivo por el cual la delegación palestina que se encontró con Netanyhau fue presidida por el negociador Saeb Erekat. Por supuesto que el encuentro tuvo sólo carácter protocolar y los humillados palestinos regresaron a sus aldeas, como de costumbre, con las manos llenas de promesas huecas.

Pero no todos los palestinos pierden. Parece que Netanyhau no se da cuenta, pero el gran placer y satisfacción de su parte y de la que goza la gran mayoría de la población de Israel cuando es testigo del vapuleo y degradación de los palestinos tiene otro beneficiario directo: Hamás.

En ojos y oídos de todo palestino, el vergonzoso ir y venir de sus representantes a estos encuentros estériles, sin ninguna solución que satisfaga las mínimas aspiraciones nacionales, necesariamente, incita a un porcentaje cada vez mayor de su población a identificarse con los principios de Hamás. Con su política de intransigencia permanente, Netanyhau forzosamente fomenta la consolidación y la incorporación de nuevos afiliados a dicha organización fundamentalista.

¿Cuál es la imagen que se fijó en la memoria de Ahmed en Nablus o en la de Mohamed en Jenín? Ellos - y la mayoría de los palestinos - comprenden que Hamás, con su rebelión armada, logró restituir el honor palestino y expulsar al invasor sionista con la cola entre las patas.

Es cierto, para los israelíes se trata de su propia decisión estratégica que no modifica en nada su clara supremacía militar. Pero esa sensación, real y verdadera en la mente del israelí, no modifica para nada la de gran parte de los palestinos que Gaza en la actualidad tiene la mayoría de los caracteres de un Estado independiente.

No sólo eso. Pese al bloqueo permanente israelí, bajo la conducción de Hamás, Gaza logró obtener un progreso económico digno de admiración. Según un informe de la ONU, el crecimiento económico de Cisjordania en el año 2010 fue del 7,6% en Cisjordania mientras que en Gaza fue el doble: 15% (United Nations Conference on Trade and Development; 15.7.11). Para el año calculado hasta el 30.6.11, la economía de Cisjordania creció sólo el 5% mientras que en Gaza dio el gran salto del 31% (Oficina Israelí de Coordinación de Actividades en los Territorios Ocupados; 1.12.11).

La disyuntiva es clara. Seguir humillando a la Autoridad Palestina permite sostener y ampliar la colonización judía de Cisjordania, pero a precio de fortalecer a Hamás.

Es probable que la solución de esta contradicción en mente del Gobierno de Israel sea igualar las condiciones reconquistando Gaza.

Ojalá me equivoque…

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