Irán probablemente utilice las actuales conversaciones con las potencias mundiales en Moscú para comprar más tiempo para avanzar en su problemático programa nuclear, dijo recientemente el primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, quien agregó que Teherán es «muy bueno jugando esta especie de ajedrez».
Israel se siente amenazado por la posibilidad de que Irán obtenga armas nucleares, convencido de que el país de los ayatolás está buscando formas de producir bombas atómicas en lugar de energía pacífica, como dice, y prepara una acción militar preventiva por si la diplomacia fracasa.
«Obviamente sería mejor ver este tema resuelto diplomáticamente», dijo Netanyahu luego de la reunión anterior en Bagdad entre Irán y los 5+1.
«Pero debo decir que no he visto evidencia de que Irán sea serio sobre poner fin a su programa nuclear», aseguró el premier israelí.
Netanyahu afirmó que Teherán puede estar usando las conversaciones como un juego en el que acuerda algunas cosas pero no las implementa, o acuerda implementar algo que no lo desvíe de su programa.
«Parece que vieran las conversaciones como otra oportunidad para demorar y engañar y ganar tiempo, algo parecido a lo que hizo Corea del Norte durante muchos años», advirtió.
«Irán es muy bueno para jugar esta especie de juego de ajedrez y ya sabe que a veces hay que sacrificar un peón y un alfil para salvar al rey», dijo Netanyahu.
Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Rusia, China y Alemania utilizan un conjunto de sanciones y negociaciones para tratar de persuadir a Teherán de que reduzca el enriquecimiento de uranio, que puede producir combustible para reactores o isótopos médicos o, a niveles más altos de pureza, material fisible para ojivas nucleares.
Netanyahu repite una y otra vez sus pedidos para que Irán congele toda actividad de enriquecimiento nuclear, retire todo el uranio enriquecido y desmantele una planta subterránea cerca de la ciudad sagrada chiíta de Qom.
Mientras Israel exige una cancelación total del enriquecimiento, muchos analistas y diplomáticos creen que una solución pacífica es posible sólo sobre la base del compromiso, considerando la ecuación de Teherán de energía nuclear con soberanía y progreso nacional.
La prioridad inmediata de las potencias es lograr que Irán detenga el enriquecimiento a un grado alto de pureza que comenzó en 2010 y que permita inspecciones irrestrictas de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) para asegurar que no haya desvíos militares del proyecto, a cambio de un freno a las medidas para reforzar sanciones o suspender algunas de las penalidades existentes.
Israel, junto con Estados Unidos, acentuaron que consideran la fuerza militar como un último recurso a fin de detener el intento de Irán de utilizar el proceso de enriquecimiento para la fabricación de armas.
Diplomáticos occidentales dijeron que Irán estaba instalando más centrífugas en una planta subterránea pero que aparentemente aún no las usaba para expandir el enriquecimiento a un grado mayor, que lo dejaría más cerca de producir material para bombas.
Mientras tanto, como en el ajedrez, en Moscú, igual que anteriormente en Bagdad y Estambul, Irán pone a las potencias en jaque y el reloj junto al tablero parece jugar a su favor.
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