Apenas 48 horas después del discurso de la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, en el Congreso de ese país, donde cuestionó duramente a Israel por la causa AMIA, creció la tensión entre las diplomacias de Buenos Aires y Jerusalén.
Nadie sabe aún cuál será el desenlace de este nuevo foco de conflicto. Pero hay indicios claros de que el cortocircuito entre ambos países se potenciará en los próximos días, según revelaron fuentes diplomáticas de ambos países.
La tensión se potenciará por varios motivos. Por un lado, se espera en Buenos Aires la respuesta de Jerusalén a las objeciones que hizo la presidenta sobre la pasividad de Israel ante el atentado contra la embajada hebrea en marzo de 1992. Por otra parte, en las próximas horas la cancillería argentina presentará a Israel un pedido formal para que el ex embajador Itzjak Avirán venga a declarar ante el juez de la causa AMIA para que explique quiénes fueron los autores materiales o ideológicos de los atentados a los que se refirió.
«Israel vio con mucha preocupación el discurso de la presidenta», expresó una fuente diplomática desde Jerusalén. La respuesta a esas críticas llegará directamente de parte del canciller Avigdor Liberman. Es que este funcionario recibió hace dos semanas una dura carta del canciller Héctor Timerman, que también envió al secretario de Estado norteamericano, John Kerry, en donde responsabilizó a esos países por la falta de avances judiciales en el atentado a la AMIA.
La respuesta de Liberman a la misiva de Timerman también incluirá un mensaje de Israel a la Argentina por los cuestionamientos que hizo la presidenta.
«Todavía no puedo entender por qué Israel reclama por la AMIA y no por la voladura de su embajada. Llama poderosamente la atención», expresó Cristina en su mensaje anual al Parlamento.
La respuesta de Jerusalén a Buenos Aires se está analizando, aunque por ahora existe, un fuerte hermetismo al respecto más allá de la seria preocupación que cosechó el mensaje de la mandataria.
Por otra parte, fuentes de la cancillería argentina adelantaron que se presentará un pedido formal para que Israel envíe a Avirán a declarar en Argentina porque afirmó que «la gran mayoría de los culpables del atentado a la AMIA y a la embajada de Israel ya están en el otro mundo y eso lo hicimos nosotros», sostuvo el ex diplomático.
«Que venga a declarar ante el juez de la causa AMIA para saber quiénes fueron los autores materiales o los autores ideológicos a los que se refiere», expresó la jefa del Estado durante su discurso ante la Asamblea Legislativa al referirse a Avirán.
En la embajada de Israel en Buenos Aires informaron que no hubo ningún pedido formal alguno de Argentina al respecto. No obstante, la diplomacia de Jerusalén expresó en su momento que no le consta la veracidad de los dichos de su ex embajador y aclaró que esas expresiones fueron «a título personal».
Por otra parte, en el Gobierno argentino creen que la tensión con Israel también podría crecer aún más a partir del 19 de este mes, cuando se realice el acto de conmemoración por los 23 años del atentado contra la embajada. Es que para esa fecha la diplomacia israelí tiene previsto enviar a ministros y funcionarios como señal inequívoca de que le sigue preocupando el ataque terrorista de 1992.
La tensión de Argentina con Israel resulta similar a la que el Gobierno mantiene con Estados Unidos. No es casual que tanto Timerman como la presidenta dijeran que «Argentina no se someterá al teatro de operaciones políticas y de inteligencia» de esos países.
Por su parte, el ex titular de la DAIA, Rubén Beraja, rechazó las acusaciones de Cristina por el caso AMIA y afirmó que «usar la red nacional para atacar a un ciudadano es un abuso de poder intolerable».
Beraja sostuvo además que la embestida en su contra esconde una crítica a la comunidad judía por haberse opuesto al pacto con Irán.
«La presidenta hace muchos años que habla, como ella misma reconoció, pero cuando actúa lo hace en contra del esclarecimiento del atentado», afirmó Beraja en una entrevista radial.
En la apertura del año legislativo Cristina se quejó por las demoras en la investigación de la causa y señaló a Beraja, a quien calificó de «encubridor y vaciador de bancos, que está procesado en juicio oral por haber traicionado su religión y su nación».
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