La Cámara de los Comunes dio luz verde al primer ministro británico, David Cameron, a lanzar ataques aéreos contra objetivos del Estado Islámico (EI) en Irak.
Por 524 votos a favor y 43 en contra, Cameron salió airoso del trance parlamentario y dará su autorización en las próximas horas, al tiempo que deja abierta la puerta a futuras acciones en Siria.
El 57% de los británicos apoyan los ataques aéreos sobre las bases del EI en Irak y el 51% repaldaría las incursiones sobre suelo sirio, según una reciente encuesta de YouGov.
La oposición a una intervención militar, que hace once años era masiva y sacó a decenas de miles de británicos a las calles, ronda apenas el 25%.
Unos doscientos manifestantes se dieron cita en las últimas horas en Downing Street y ante el Parlamento británico con sus pancartas contrarias a una nueva guerra en Irak, la tercera en menos de 25 años.
Cameron no sólo logró esta vez la autorización parlamentaria, sino que dejó bien claro que el Reino Unido tiene «la base legal y moral» para poder lanzar ataques aéreos en el futuro en Siria.
El premier consevador aseguró que no enviará tropas de tierra, aunque advirtió que las operaciones militares contra el EI pueden durar varios años.
«Las claves serán la paciencia y la persistencia; no será una campaña de Conmocion y Espanto», afirmó.
Cameron logró el apoyo mayoritario de la oposición laborista, que sin embargo consiguió demorar de momento cualquier acción sobre suelo sirio.
El líder británico aseguró que contaba con «la justificación legal y moral» para extender los bombardeos a Siria, aunque prefirió no romper el consenso a riesgo de enfrentarse a una humillante votación en contra como la de hace un año.
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