El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, quizo dejar este sábado «absolutamente claro» que el diálogo nuclear que mantienen las potencias internacionales con Irán no implica ningún acuerdo en otras cuestiones de la región y, sin hacer mención expresa, descartó un hipotético acercamiento para luchar contra el Estado Islámico (EI).
Kerry, de visita en China, no comentó directamente la información publicada por «The Wall Street Journal» sobre el supuesto envío de una carta secreta por parte del presidente Barack Obama, al líder supremo de Irán, Alí Jamenei. En esta misiva, el mandatario estadounidense habría pedido la colaboración de Teherán para combatir al yihadismo en Irak y Siria.
«No hay conversación, no hay acuerdo, no hay intercambio, nada», afirmó Kerry, que de esta forma descartó «cualquier tipo de pacto o acuerdo relacionado con algunos de los actuales acontecimientos en Oriente Medio».
Asimismo, el jefe de la diplomacia norteamericana subrayó que «no hay ningún vínculo entre las discusiones sobre la industria nuclear iraní con cualquier otro asunto. Quiero ser absolutamente claro. Las negociaciones nucleares van solas», insistió.
Kerry se reunirá este domingo en Omán con el ministro de Exteriores de Irán, en el marco de una serie de esfuerzos a fin de cerrar, antes del 24 de noviembre, un acuerdo definitivo con la República Islámica para que aclare el trasfondo de su industria atómica.
No obstante «The Wall Street Journal», aseguró que Obama envió una carta secreta a Jameneí pidiendo a Irán ayuda a Estados Unidos en su lucha contra el EI.
La misiva habría contenido también referencias al acuerdo sobre las negociaciones nucleares, donde perdió el apoyo de Occidente pero igual sigue adelante, un tema en el que Washington podría estar dispuesto a incidir eventualmente a cambio de una actitud de Teherán más favorable al desarrollo de su operación militar contra el EI.
Jamenei dijo en agosto último que no estaba dispuesto bajo ningún concepto a colaborar con los estadounidenses para luchar contra los yihadistas, por muy apartados de su línea de interpretación del islam que tuvieran.
El portavoz de la Casa Blanca se negó a hacer comentarios sobre la supuesta carta: «No estoy en posición de discutir correspondencia privada entre el presidente y cualquier líder mundial», puntualizó, aunque advirtiendo que «la política que el presidente y su Administración articularon sobre Irán se mantiene sin cambios».
En el Congreso, el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, señaló que «no confío en los iraníes, no creo que tengamos que involucrarlos en esto», en relación a los bombardeos en Siria e Irak destinados a acabar con el avance yihadista.
Los eventuales contactos entre Washington e Irán no hicieron más que abrir fuertes suspicacias de la prensa en Israel, que especula ante el resultado de estas conversaciones.
El propio ministro de Exteriores, Avigdor Liberman, debió salir a la palestra pública para asegurar que cualquier acercamiento entre iraníes y estadounidenses «es un error».
«Irán es inaceptable para cualquier coalición. Ni siquiera se le puede aceptar para el diálogo en la región ya sea sobre un Estado palestino o sobre Siria», agregó.
Israel tiene alta preocupación por el avance de los planes nucleares de Teherán, que según su interpretación apuntan al desarrollo de una bomba atómica.
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