En una rueda de prensa junto a la alta representante de Política Exterior y Seguridad de la Unión Europea (UE), Federica Mogherini, que este viernes inauguró sus viajes, en Jerusalén, el canciller israelí, Avigdor Liberman, insistió en que el régimen de Irán no puede ser socio en ningún tipo de diálogo en Oriente Medio.
«Irán es inaceptable para cualquier coalición. Ni siquiera para el diálogo en la región, ya sea sobre los palestinos o sobre Siria», subrayó a los periodistas.
El jefe de la diplomacia hebrea reaccionó así a la información difundida este jueves en la que se reseñaba que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, envió una carta secreta al líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jameneí, sobre la lucha contra los radicales sunitas del Estado Islámico (EI) en Siria e Irak.
Liberman criticó asimismo el acercamiento entre Teherán y el Grupo 5+1 en relación con el polémico programa nuclear iraní.
«Desde nuestro punto de vista es un error. Aunque creo que nosotros no debemos dar consejos al presidente de Estados Unidos», señaló.
Aún firmes aliados, la relaciones entre Washington e Israel sufrieron un importante deterioro en los últimos meses por, entre otros motivos, la insistencia del gobierno de Binyamín Netanyahu en avanzar en construcción de asentemienntos en Cijdordanina.
Tanto Estados Unidos como la Unión Europea están convencidos de que la colonización es uno de los principales obstáculos israelíes para el éxito de la solución de dos Estados y un factor de inestabilidad en la zona, por lo que le exigido que la detenga.
Además, el jefe de la diplomacia israelí cargó sobre los hombros del presidente de la Autoridad Palestina (AP), Mahmud Abbás, la culpa de la tensión que desde principios de verano sacude los barrios árabes de Jerusalén Este, y lo acusó de apoyar el terrorismo por haber enviado una carta de condolencia a la familia del terrorista, la semana pasada, contra el rabino Yehuda Glick, uno de los que más presionan para cambiar el estatus del Monte del Templo en Jerusalén para que los judíos puedan rezar en este recinto.
De hecho, este incidente provocó el cierre de este lugar de culto para musulmanes y judíos, lo que encendió aún más los ánimos.
«La culpa está en Ramallah. Es inaceptable. Ya hemos dicho que la solución debe ser regional», subrayó Liberman.
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