Si se firma antes de la fecha límite el 24 de noviembre un acuerdo entre Teherán y el Grupo 5+1, será sin duda uno de los logros diplomáticos más importante del presidente norteamericano, Barack Obama
Otra meta del mandatario era lograr un acuerdo entre israelíes y palestinos,pero la tirante relación que mantiene la administración demócrata con el primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, hace descartar por el momento cualquier tipo de pacto para que se establezca un Estado palestino que conviva en fronteras seguras con Israel.
La irrupción del Estado Islámico (EI), que pretende establecer un califato entre Siria e Irak, para aplicar la sharía (ley islámica), modificó los planes de Obama en Oriente Medio, luego del retiro de las tropas estadounidenses de Bagdad en diciembre de 2011.
Para el analista Arié Kacowicz, profesor en Relaciones Internacionales de la Universidad Hebrea de Jerusalén, lo que «hoy en día se da es una extraordinaria constelación de alianzas informales entre Irán, Irak y Siria (chiítas) indirectamente con Estados Unidos y los países sunitas moderados, en contra del EI, que es una reencarnación más extrema de Al-Qaeda, con miras a romper los esquemas post-coloniales de Siria y de Irak como estados modernos».
«Posiblemente el acuerdo entre el Grupo 5+1 e Irán maneje, sin resolver completamente, el tema nuclear iraní. La opción diplomática es preferible por las partes a una guerra entre Occidente junto a Israel contra Irán», señaló Kracovicz.
El Grupo 5+1 e Irán mantienen dos reuniones claves: ayer 9 y mañana 11 de noviembre en Mascate, capital del sultanato de Omán. En ese sentido, hay mucho optimismo entre los negociadores, sobre todo por parte de Rusia, aliado de Irán y Siria en la región.
El viceministro ruso de Exteriores, Serguei Riabkov, que preside su delegación, dijo que «hay voluntad política y deseo de elaborar una solución definitiva para la fecha programada del 24 de noviembre», pese que subsisten algunas diferencias importantes entre las partes.
El 20 de julio pasado se decidió ampliar el plazo para redactar un documento definitivo en dicha fecha, luego de que Irán se comprometiera a cesar el enriquecimiento de uranio, más allá del 5%, y a suspender la producción de plutonio y de centrifugadoras.
Teherán también aceptó autorizar el acceso de inspectores internacionales a las instalaciones nucleares, a cambio del levantamiento parcial de las sanciones económicas.
Algunos analistas coinciden en señalar que la política israelí sobre Irán es la más grande amenaza para su especial relación con Estados Unidos.
«La crisis en las relaciones entre Washington e Israel no es que alguien de la Administración Obama llama a Netanyahu de 'cobarde' sino la creciente distancia sobre la política sobre Irán», afirma un artículo del diario británico «The Guardian» citado por «Haaretz».
El Gobierno de Obama tardó dos días en rechazar que una fuente oficial, que habló bajo condición de anonimato, al semanario «The Atlantic», llamó de esta manera al primer ministro israelí.
Netanyahu, quien en una oportunidad dijo que el ex presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, era «un hitler moderno», ordenó el pasado 20 de marzo a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) que continúen preparándose para un posible ataque contras las instalaciones nucleares de Irán, probablemente durante 2014, informó «Haaretz».
Israel cree que Irán no debería tener capacidad de enriquecer uranio en su propio país, ni siquiera poseer centrifugadoras ni reservas de uranio, según manifestaron distintos funcionarios.
Pero la posición estadounidense con respecto a Irán cambió luego de la irrupción del EI, ya que en los últimos meses hubo algunos contactos diplomáticos entre la Casa Blanca e Irán.
Ambos países rompieron relaciones diplomáticas en 1980, a raíz de la ocupación durante 444 de la embajada estadounidense en Teherán en noviembre de 1979 y la posterior liberación de 52 rehenes.
Por ese motivo, muchos expertos creen que durante la presidencia de Obama se vive el mejor momento diplomático de las relaciones entre Washington y Teherán de las últimos décadas.
En octubre pasado, el presidente norteamericano envió una carta al líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, en la que expresó su interés común por combatir a los yihadistas, informó el diario «The Wall Street Journal». Sin embargo, la misiva no fue confirmada ni desmentida por el Gobierno demócrata.
Aunque existe un creciente optimismo entre los negociadores, las posibilidades de lograr un documento final sobre el programa nuclear de Irán, son aún inciertas.
Por ahora, todos los ojos están puestos en Irán, donde el presidente Hassan Rohani mantiene una gran influencia entre los dirigentes. Sin embargo, se cree que el último que decidirá la aprobación del acuerdo con el Grupo 5+1 será Jamenei.
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