Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) informaron que dos soldados israelíes murieron y otros siete resultaron heridos en un ataque de Hezbolá contra un convoy militar cerca de la frontera con Siria y Líbano.
Las FDI respondieron a los lanzamientos de por lo menos siete misiles antitanque Kornet, de largo alcance, con ataques aéreos y terrestres a posiciones de Hezbolá en Líbano.
En un comunicado del Canal Al Manar, Hezbolá informó que sus miembros destruyeron dos vehículos de las FDI que transportaban soldados y empleados del Estado, causando bajas en «las filas enemigas».
La organización terrorista libanesa agregó que el ataque fue obra de un grupo que se autodenomina «mártires heroicos de Quneitra», indicando que se trataba de una represalia por un ataque aéreo israelí en los Altos del Golán el pasado 18 de enero, en el que murieron seis miembros de Hezbolá y un general iraní.
Las FDI comunicaron que por lo menos dos de los siete misiles impactaron contra dos vehículos militares israelíes cerca de la frontera libanesa señalando que se había ordenado a los residentes de la zona que permanecieran en sus casas.
La fuente militar dijo que se desplegaron helicópteros israelíes después de que los misiles estallaron, y que las FDI estaban comprobando si hubo un intento de secuestrar a uno de los soldados.
Una hora más tarde se dispararon morteros hacia varias posiciones militares israelíes en Har Dov y el Monte Hermón. Israel mandó evacuar la estación de esquí en la zona por segunda vez en una semana.
El episodio planteó la posibilidad de nuevos combates en la frontera, que se mantuvo relativamentel tranquila desde la guerra en verano de 2006. Desde entonces, Israel respondió con ataques aéreos y fuego de artillería tras una serie de ataques con cohetes y balaceras, pero la violencia se mantuvo contenida.
El primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, se reunió en Tel Aviv con el titular de Defensa, Moshé Yaalón, el jefe del Estado Mayor de las FDI, Benny Gantz, y otros altos funcionarios de seguridad e inteligencia para debatir posibles represalias a los ataques que podrían llevar a una nueva escalada de violencia en la región.
Analistas comentaron a diferentes medios hebreos, que tanto Israel como Siria y Hezbolá no estan interesados en este momento en desencadenar una nueva guerra.
Hanna Bikel, portavoz del hospital de Ziv en Safed, dijo que al centro medico llegaron seis personas con heridas leves. La vocera declinó detallar si eran civiles o soldados.
Varias familias que viven en el sur del Líbano cerca de la línea divisoria huyeron hacia el interior temiendo ser alcanzados por el fuego.
En las zonas de dominio chiíta de Beirut se oyeron disparos de celebración, aunque Hezbolá ordenó evacuar sus barrios en la capital por temor a una dura represalia israelí.
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