Fuentes cercanas a la organización terrorista Hezbolá informaron que este grupo planeó matar al ex primer ministro israelí, Ehud Olmert, como venganza por el asesinato del líder militar Imad Mughniyeh. El diario árabe «Al-Arabi Al-Jadid» informó sobre miembros de Hezbolá que aseguraron acerca de un plan contra Olmert, que inició la Segunda Guerra del Líbano en 2006 entre Israel y el movimiento radical chiíta.
Según la información publicada, el complot de asesinato de Olmert fue frustrado por Mohammed Shurba, un presunto agente israelí que logró infiltrarse en las altas esferas de Hezbolá.
A Shurba también se le atribuye el fracaso del plan de la organización terrorista para atentar contra la Embajada de Israel en Azerbaiyán en 2009.
Mughniyeh, jefe de operaciones militares de Hezbolá, murió en un atentado con coche bomba en Damasco en 2008. Según el diario estadounidense «The Washington Post», el golpe fue resultado de una operación conjunta entre el Mossad y la CIA.
El asesinato fue atribuido a Israel por los medios extranjeros cuando se produjo. La participación de Estados Unidos en la muerte de Mughniyeh fue confirmada a «The Washington Post» por cinco ex funcionarios de la CIA que hablaron bajo condición de anonimato.
Según la información facilitada, la CIA obtuvo permiso del Gobierno para matar al líder de Hezbolá porque demostró que «era una amenaza constante para los estadounidenses por su conexión con el entrenamiento de terroristas chiítas en Irak - y el traspaso de armas a los mismos - que atentaban contra las fuerzas estadounidenses.
A Mughniyeh se lo vinculó al atentado con bomba contra la Embajada de Estados Unidos en Beirut en el que murieron 63 personas, en 1983, y al de las Torres Khobar en Arabia Saudita que mató a 19 soldados estadounidenses en 1996.
Mughniyeh también estuvo implicado en el atentado suicida de 1992 contra la Embajada de Israel en Buenos Aires, en el que murieron 29 personas, y en el ataque a la AMIA en 1994, que mató a 85 personas.
El hijo de Mughniyeh, Yihad, abatido el pasado 18 de enero en un ataque aéreo en el lado sirio de los Altos del Golán que se atribuyó a Israel.
Además de Mughniyeh hijo, otros cinco miembros de Hezbolá y seis iraníes de la Guardia Revolucionaria, entre ellos un general, murieron en el ataque.
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