En un intento por convencer a legisladores y a la opinión pública de su país para aceptar el pacto, Barack Obama se dirigió a la nación en una conferencia de prensa.
El acuerdo con Irán evitará una carrera nuclear y más guerras en Oriente Medio. Ese fue el principal argumento que Obama usó para defender el pacto alcanzado.
«Sin un pacto, no habría límites para el programa nuclear e Irán podría fabricar una bomba. Sin un pacto, nos arriesgamos a más guerras en Oriente Medio», aseguró.
Además, el mandatario adivirtió de que si Estados Unidos no aprovechaba la oportunidad de un acuerdo, «las generaciones futuras nos juzgarán duramente».
Obama explicó que el pacto nuclear contiene un mecanismo para restaurar las sanciones si Irán no cumple con lo acordado.
«Con este acuerdo, tenemos la posibilidad de resolver pacíficamente una importante amenaza a la seguridad regional e internacional. Sin este pacto, otros países en la zona podrían sentirse forzados a buscar sus propios programas nucleares en la región más volátil del mundo», afirmó.
Sin embargo, los críticos argumentan que el acuerdo tiene lagunas legales, en particular vinculadas a procedimientos de inspección que Irán podría aprovechar. Además, consideran que le dará a Teherán un flujo de activos que servirán para financiar a sus aliados en conflictos sectarios en la región.
Por otro lado, el presidente descartó que su país pueda cooperar abiertamente con Irán en la campaña contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI), un área donde muchos expertos apuntaban a un posible acercamiento después del acuerdo alcanzado.
«No preveo una serie de acuerdos formales con Irán sobre cómo llevamos nuestra campaña contra el EI», dijo Obama, y justificó esa decisión porque no cree que «en un futuro cercano», Estados Unidos pueda «restablecer sus relaciones diplomáticas con Irán», rotas en 1980.
«Aún con este acuerdo, seguiremos teniendo profundas diferencias. Irán aún presenta desafíos a nuestros intereses y valores, como su apoyo al terrorismo y el uso de terceros para desestabilizar partes del Oriente Medio», explicó.
No obstante, reconoció que «claramente, Irán tiene influencia en Irak» y que tiene sentido que el primer ministro iraquí, Haidar al-Abadi, «se reúna y negocie con los líderes con Irán» como vecino.
Además, recordó que Irán «financió milicias chiítas que en el pasado mataron a soldados estadounidenses» y que en un futuro «pueden llevar a cabo atrocidades en comunidades sunitas».
En cuanto a Siria, Obama reconoció que la guerra civil, recrudecida por las acciones del EI no podrá resolverse sin la aportación «de los rusos, los iraníes, los turcos y los aliados del Golfo Pérsico. Para resolverlo, tiene que haber un acuerdo entre los principales actores de que esto no se va a solucionar en el campo de batalla, sino a través de una negociación».
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