La organización terrorista palestina Hamás instó a sus miembros a un «enfrentamiento abierto y global con Israel» luego de conocerse la noticia del fallecimiento de Saed Dawabshe, supuestamente asesinado por extremistas judíos
El padre del bebé palestino quemado vivo hace una semana por presuntos extremistas judíos murió como consecuencia de las heridas sufridas en el incendio de su casa, una muerte que puede avivar las tensiones en Cisjordania y Gaza.
Tras el anuncio de la muerte de Saed, Hosam Badran, portavoz de Hamás en el exilio, estimó en su página Facebook que «la resistencia en Cisjordania se convirtió en un derecho y una obligación».
«Nuestro pueblo tiene una única opción: la del enfrentamiento abierto y global contra el ocupante sin esperar la decisión ni la luz verde de nadie», escribió.
Hamás, que controla la Franja de Gaza, está en conflicto abierto con la Autoridad Palestina (AP), a la que acusa de connivencia con Israel por mantener la cooperación en materia de seguridad.
El pasado 31 de julio, unos encapuchados lanzaron cócteles molotov contra la casa de los Dawabshe, que habían dejado las ventanas abiertas por el intenso calor.
El bebé Ali, de 18 meses, murió quemado vivo. Su padre Saad falleció este sábado en el Hospital Soroka de Beer Sheva, y su madre, Riham, sigue en estado crítico con quemaduras de tercer grado en el 90% del cuerpo.
El otro hijo, Ahmed, de cuatro años, mejora lentamente: ya no se encuentra bajo respiración asistida y parece haber abierto los ojos y reconocido a algunas personas, informó el Centro Médico de Tel Hashomer.
La casa, que se encuentra en la aldea Duma, cerca de la ciudad de Shjem (Nablus) y rodeada de asentamientos judíos, en el norte de Cisjordania, se vio reducida a cenizas y sólo quedaron en pie las paredes, con pintadas que decían «Venganza», «El precio a pagar» y «Larga vida al Mesías», además de una Estrella de David, consignas habituales de terroristas de la ultraderecha nacionalista y religiosa israelí.
Desde hace años, estos extremistas judíos agreden a palestinos, a árabes israelíes e incluso a soldados israelíes en nombre del «precio a pagar» en represalia por la destrucción de colonias ilegales o las decisiones políticas israelíes que frenan sus intenciones de colonizar territorios ocupados y de acabar con lugares de culto cristianos y musulmanes.
Estos fundamentalistas actuaron con impunidad durante mucho tiempo debido a la pasividad de las autoridades israelíes, según los palestinos, los opositores israelíes y las ONG de defensa de los derechos humanos.
Pero ahora, el Gobierno de Binyamín Netanyahu decidió tomar medidas contra ellos.
Tres extremistas judíos ya se encuentra en detención administrativa, una norma que permite encarcelar sin cargos a sospechosos por tiempo indefinido.
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