El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, advirtió a Rusia que su campaña de bombardeos contra los rebeldes sirios podrían meter a Moscú en un «embrollo», después del cuarto día de ofensivas aéreas para apoyar al presidente Bashar al-Assad.
En una conferencia de prensa en la Casa Blanca, Obama criticó al presidente ruso, Vladimir Putin, a quien acusó de actuar desde una posición debilitada para defender a un aliado autoritario que se está desmoronando.
Los rezos del viernes fueron suspendidos en las zonas controladas por los insurgentes en la provincia de Homs, atacada por aviones militares rusos, ya que los residentes temían que las mezquitas sean un blanco.
La decisión de Putin de lanzar ataques en Siria representa una dramática escalada de la participación extranjera en la guerra civil de más de cuatro años, en la que todas las potencias regionales tienen intereses.
También brinda material a los críticos de Obama en Estados Unidos, quienes sostienen que su escasa voluntad de actuar permitió que Moscú realice su mayor exhibición de fuerza en Oriente Medio en décadas.
Obama, no obstante, advirtió que Rusia e Irán, el principal aliado de Assad en el mundo musulmán, aislaron a la mayoría de los sirios y enfadaron a sus vecinos sunitas.
«Un intento de Rusia e Irán de fortalecer a Assad y tratar de pacificar a la población sólo los va a meter en un embrollo y no funcionará», sostuvo Obama.
La campaña en Siria representa la primera vez que Moscú envía fuerzas a combatir más allá de las antiguas fronteras de la Unión Soviética desde la campaña en Afganistán en la década de los '80, una audaz decisión de Putin.
La medida ocurre en un momento bajo en las relaciones de Rusia con Occidente, un año después de que Estados Unidos y la Unión Europea (UE) impusieron sanciones financieras a Moscú por anexarse territorios de Ucrania.
Obama dijo que ofreció trabajar con Rusia para llevar la paz a Siria, pero lanzó varias críticas a Putin, con quien tiene una relación fría. Una reunión entre ambos recientemente en Naciones Unidas aparentemente hizo poco para lograr una distensión.
«El señor Putin no tuvo que ir a Siria por un tema de fortaleza, sino por uno de debilidad, debido a que su cliente, el señor Assad, se estaba desmoronando y era insuficiente enviarle armas y dinero», señaló Obama.
El mandatario estadounidense restó importancia al respaldo internacional a la estrategia de Moscú, diciendo que palidece en comparación a la cantidad de países que apoyan la ofensiva aérea de Washington y sus aliados contra el Estado Islámico (EI).
Rusia bombardeó Siria por cuarto día consecutivo, impactando principalmente zonas controladas por grupos insurgentes rivales en lugar de los combatientes del EI que aseguró que tendría como objetivo, provocando una respuesta cada vez más airada de Occidente.
La coalición liderada por Estados Unidos, que libra su propia guerra contra el EI, pidió a los rusos que pongan fin a los ataques contra objetivos que no sean los islamistas.
En Siria, el grupo es uno de los muchos que combaten a Assad. Washington y sus aliados occidentales y regionales dicen que Rusia lo está usando como pretexto para bombardear a otros grupos opuestos al mandatario sirio, algunos de los cuales recibieron entrenamiento y armas de sus enemigos extranjeros, incluido Estados Unidos.
Los cazas fueron divisados volando a gran altura en la zona, controlada por rebeldes que luchan contra Assad y sin presencia significativa del EI, grupo que también suspendió los rezos en las áreas que controla, según activistas de su capital de facto, Raqqa.
La ONU se vio obligada a suspender sus operaciones humanitarias previstas en partes de Siria por los combates.
Moscú informó que sus últimos ataques alcanzaron 12 objetivos del EI, pero la mayoría de las áreas que describió están en el oeste y norte del país, mientras que el grupo militante está presente, sobre todo, en el este.
El Ministerio de Defensa ruso comunicó que sus cazas Sukhoi-34, Sukhoi-24M y Sukhoi-25 realizaron 18 incursiones que golpearon objetivos como un puesto de mando y un centro de comunicaciones en la provincia de Alepo, un campamento de terroristas en Idlib y un puesto de mando en Hama.
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