La fiscalía israelí presentó cargos contra Amiram Ben Uliel (21) de Jerusalén y contra un joven de 16 años cuya identidad no se publicó, ambos extremistas judíos sospechosos de participar en el ataque incendiario contra una vivienda palestina que mató a una familia.
En el ataque, en la localidad cisjordana de Duma, murió Alí Dawabshe, de 18 meses. Su madre, Riham, y su padre, Saad, murieron más tarde de sus heridas. El hermano de Alí, Ahmad (4), sobrevivió, pero continúa internado en estado grave.
Ben Uliel y el adolescente son los principales acusados por el asesinato. De acuerdo con los cargos expuestos, los dos buscaban enardecer los ánimos en la población palestina a fin de producir una ola de volencia que conduzca a atentados terroristas además de alertar a las autoridades israelíes a no decidir abandonar asentamientos judíos en Cisjordania.
Según los sospechosos, también querían vemgar el asesinato del colono Malají Rosenfeld ejecutado por terroristas palestinos un mes antes.
Bel Uliel fue acusado de pertenecer a una organización enemiga y de tres cargos de asesinato. Fuentes policiales informaron que fue él quien planificó y llevó a cabo el homicidio.
El adolescente es sospechoso además de participar en varios actos de «crímenes de odio» durante el ultimo año y medio: el incendio en la Iglesia de la Dormición en Jerusalén, depósitos de cereales en la ruta Alón, en Cisjordania, y actos de vandalismo en la localidad de Beit Tzafafa, cercana a Jerusalén.
La Corte de Distrito de Lod, en el centro de Israel, dictó el auto de procesamiento y analizará también una demanda para levantar el secreto de sumario que pesa sobre la investigación del caso, razón por la que no se reveló la identidad de otros procesados de «crímenes de odio».
En este segundo caso, el tribunal estudiará si levanta el secreto de sumario sobre las pesquisas del mismo.
El pasado 31 de julio se produjo el ataque, atribuido desde el primer momento a extremistas judíos, en el que se lanzaron cócteles molotov contra dos viviendas pertenecientes a la familia palestina Dawabshe.
Tras el atentado, que conmocionó a la sociedad palestina y recibió una dura condena internacional, fueron detenidos varios radicales judíos.
El acto fue considerado «terrorismo judío» en Israel y fue condenado desde todos los grupos políticos.
En uno de los muros de las viviendas atacadas los presuntos autores hicieron pintadas en hebreo que decían: «Larga vida al rey mesías» y «venganza», textos característicos de la ultraderecha israelí, generalmente colonos en territorios ocupados ilegalmente, contra propiedades palestinas o santuarios cristianos y musulmanes.
La esperada decisión sigue a meses de investigaciones que no habían producido resultados concretos.
El hecho de que el caso siguiera sin ser resuelto alimentó la actual oleada de violencia entre israelíes y palestinos.
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