Las críticas del presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, al trato de Israel a los palestinos, concretamente al bloqueo a la Franja de Gaza y al reparto de agua, durante un discurso en el Parlamento hebreo, provocaron el boicot del partido ultranacionalista religioso Habait Haiehudí.
Los doce diputados, liderados por el ministro de Economía, Naftali Bennett, abandonaron el plenario a gritos de «los palestinos mienten» y «esto es una vergüenza».
«Habait Haiehudí exige una disculpa al presidente del Parlamento Europeo, que mintió dos veces en su discurso sobre asuntos que los palestinos le contaron. Callarse ante este tipo de mentiras propagandísticas da legitimidad a acciones contra ciudadanos israelíes», afirmó Bennett.
«Los comentarios que hizo en la Knéset son muy graves. No estoy dispuesto a escuchar mentiras, y menos en alemán», agregó.
Schulz, que está de visita oficial en Israel, fue recibido en el Parlamento por el presidente Yuli Edelstein y en su intervención dijo que «Israel le impuso un bloqueo a Gaza» y que según un testimonio recibido por él, «un israelí recibe 70 litros cúbicos de agua por cada 17 litros cúbicos que recibe un palestino».
Las autoridades israelíes encargadas de la gestión de las aguas públicas tacharon de falsos esos últimos datos a través de un portavoz.
Bennett añadió que en 2005 más de 8.000 colonos judíos fueron evacuados de Gaza «y desde allí se siguen lanzando miles de cohetes a Israel».
Habait Haiehudí es miembro de la coalición gubernamental que lidera el primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, y fue la cuarta fuerza más votada en las elecciones de hace un año. Su líder, el ministro Bennett, se opone a la creación de un Estado palestino, a las negociaciones con la Autoridad Palestina (AP), favorece la anexión de Cisjordania y amenazó con abandonar el Ejecutivo si el premier hebreo firma un acuerdo con la AP.
A su vez, el líder de la oposición israelí, el laborista Itzjak Herzog, presentó una queja formal ante la Knéset acusando a Habait Haiehudí de «desacato» a la institución.
Un hecho sin precedentes ocurrió al término del discurso Schulz. Mientras los diputados de la oposición se pusieron de pie para aplaudirlo, como se acostumbra cuando una personalidad es invitada a disertar en la Knéset, los miembros de la coalición, con Netanyahu a la cabeza, permanecieron sentados sin aplaudir.
El incidente pone de relieve la suspicacia de la ultraderecha israelí respecto a las instituciones europeas, a las que acusa frecuentemente de favoritismo hacia los palestinos.
Algunos bancos y cajas de pensiones de Europa decidieron boicotear a las instituciones bancarias israelíes porque tienen presencia en los asentamientos judíos en Cisjordania.
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