Israel acogió con cautela la planeada reanudación de negociaciones nucleares entre las grandes potencias e Irán, insistiendo en que Teherán no debería tener la capacidad de transformar uranio en material apto para el desarrollo de armas atómicas.
Mientras Israel menciona cada vez más la posibilidad de recurrir a una acción militar para evitar que Irán obtenga bombas nucleares, los diálogos brindarán cierto respiro a una crisis que elevó los precios del crudo y amenaza con implicar a Estados Unidos en su tercer conflicto en una década.
El anuncio de nuevas negociaciones se produjo luego de una visita del primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, a Estados Unidos, donde el presidente Barack Obama dijo que las conversaciones ofrecían la opción diplomática para acallar «los tambores de guerra».
«Estoy muy contento de que ellos abran las discusiones», dijo el asesor de Seguridad Nacional de Netanyahu, Yaakov Amidror.
«Si en estas negociaciones se logra que Irán deje de lado sus actividades nucleares con fines militares, no habría nadie más contento que nosotros, y el primer ministro dijo esto él mismo», declaró a Amidror al Canal 1 de la TV israelí.
A puertas de su reunión en la Casa Blanca con Obama, Netanyahu demandó que se suspenda el enriquecimiento de uranio en Irán y que se removiera el material con una pureza mayor al 3,5%, el nivel usado para la generación de electricidad.
En declaraciones por separado con la Radio del Ejército de Israel, «Galei Tzáhal», el secretario de Gabinete de Netanyahu, Zví Hausner, sostuvo que las exigencias se mantenían.
Netanyahu también dijo que Irán debe desmantelar una instalación subterránea de enriquecimiento situada cerca de la ciudad de Qom, que según expertos fue diseñada para sobrevivir a cualquier ataque, parte de lo que Israel llama la «zona de inmunidad» que Teherán busca crear.
El acercamiento de Irán a las seis potencias se produce mientras el Estado islámico sufre graves problemas económicos debido a la expansión de sanciones financieras en su contra.
«Debería quedar claro que sin una opción militar real los iraníes no cederían en las negociaciones. Y que sin una seria alternativa, Teherán no ingresaría en ellas. En cualquier caso Israel debe estar preparado por si las conversaciones fracasan», sostuvo Amidror.
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