La Knéset (Parlamento israelí) aprobó por amplia mayoría la incorporación del partido Kadima al Gobierno que encabeza el primer ministro, Binyamín Netanyahu, líder del Likud, en una votación que se vio retrasada por la insistencia de la oposición en saber si el pacto incluye cláusulas secretas.
De los 120 diputados de la Knéset, 71 votaron a favor del acuerdo anunciado el martes por Netanyahu y el líder de Kadima, Shaul Mofaz, que prestó juramento a su cargo como ministro sin cartera y viceprimer ministro.
De los 26 diputados en la oposición, que tras el acuerdo se ha visto completamente reducida y neutralizada, 23 votaron en contra y el resto se ausentaron.
También abandonaron la sala de debates dos diputados del Kadima: Shlomo Mula y Magali Wahabe, por estar en desacuerdo con la decisión de su dirigente.
El diputado ultraderechista de la oposición, Uri Ariel, consiguió retrasar el debate, en el que participaba Netanyahu, con la excusa de que existían sospechas de que el acuerdo de coalición presentado al parlamento tenía un anexo secreto del que no se había informado.
«Hemos presentado lo que nos exigen las leyes y las reglas del parlamento», le respondió el primer ministro, que poco después pedía una interrupción del debate para consultar con los asesores legales de la cámara.
Tras la consulta, anunció que existía un compromiso verbal para que otros tres miembros de Kadima, y no sólo Mofaz, se conviertan en ministros dentro de varios meses.
La aprobación del pacto, que pone fin a la incertidumbre de las dos últimas semanas, en las que el primer ministro canceló unas elecciones anticipadas que ya había anunciado públicamente, concede a Netanyahu el apoyo parlamentario de 94 diputados.
Con el juramento de Mofaz, la jefatura de la oposición pasó a manos de la dirigente del Partido Laborista, Shelly Yachimovich.
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