Jueces turcos aprobaron una sentencia de un total de 18.000 años de prisión para el ex Jefe de Estado Mayor israelí, Teniente General Gabi Ashkenazi, y otros funcionarios militares y de seguridad, por la responsabilidad de las muertes de los pasajeros que navegaban a bordo del barco Mavi Marmara, cuando éste intentó romper el bloqueo a Gaza en 2010.
El tribunal en Estambul votó unánimemente para aprobar una acusación contra Ashkenazi, junto con los ex jefes de la Marina, la Fuerza Aérea, y la Inteligencia militar, Eliezer Marom, Amós Yadlin y Levi Avishai, respectivamente, según informó la agencia Anadolu. Los acusados se enfrentan a nueve cadenas perpetuas consecutivas de cárcel por «incitar a matar monstruosamente, y por tortura», agregó la agencia.
Ashkenazi, quien se había mantenido silencioso al igual que sus compañeros de condena, reaccionó a la acusación señalando que «Desde el momento en el asunto estalló, opté por defender a los soldados que llevaron a cabo su deber en el lugar del conflicto. Si el precio por defender mi posición es que no puedo visitar Turquía, voy a pagarlo», aseguró.
La decisión se produce tan sólo unos días antes del segundo aniversario del abordaje del 31 de mayo. El barco había sido parte de una flotilla que navegaba hacia Gaza para protestar por el bloqueo israelí. Asimismo, el tribunal accedió a presentar cargos contra varios soldados no identificados que abordaron el barco.
Por su parte, Israel reafirmó que sus tropas abrieron fuego después de ser atacados por terroristas armados con hachas, cuchillos y barras de metal. Se dijo que los soldados descendieron en cubierta armados con pistolas de paintball no letales, y sólo recurrieron al uso de armas de fuego después de haber sido violentamente atacados.
La acusación rechazó las afirmaciones israelíes de que los comandos israelíes que abordaron el Mavi Marmara actuaron en defensa propia, diciendo que utilizaron fuerza desproporcionada por el disparo con armas pesadas y rifles automáticos contra los pasajeros que sólo llevan «mástiles de bandera de plástico, cucharas y tenedores».
Los cargos contra los miembros de las Fuerzas Armadas israelíes incluyen homicidio, intento de asesinato, persecución y daños causados a la nave, pero es poco probable que los militares hebreos sean llevados ante el sistema judicial de Turquía, ya que Israel no los considera delincuentes.
Una investigación de Naciones Unidas sobre el incidente, consideró legal el bloqueo naval israelí de Gaza impuesto por Israel. «Se trata de una medida legítima de seguridad», informó, pero añadió que «la muerte de nueve activistas turcos y un turco-estadounidense era inaceptable».
Turquía rechazó las conclusiones del informe Palmer de la ONU diciendo que Israel no tenía derecho a atacar el navío en aguas internacionales, y recalcó que nunca reconocerá la legitimidad del bloqueo.
Israel impuso un bloqueo a Gaza después de que Hamás tomó el control del territorio costero de sus rivales de Al Fatah en 2007. Israel permite la ayuda humanitaria y la entrada de bienes en Gaza a través de cruces fronterizos donde se realiza una previa inspección de armas.
«La relación de Israel con Turquía es importante ya que ambos países tienen intereses comunes, que incluyen el mantenimiento de la estabilidad en Oriente Medio. Estoy seguro de que finalmente el sentido común prevalecerá», finalizó Ashkenazi.
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