En representación del Gobierno israelí, el ministro del Likud, Benny Begin, dijo que el Ejecutivo se equivocó en sus decisiones relacionadas con el abordaje a la flotilla turca que intentó romper el bloqueo a Gaza en 2010.
La Comisión de Control de Estado de la Knéset se reunió para discutir el reciente informe del Contralor del Estado sobre el ataque a la flotilla. Durante la reunión, Begin dijo que el liderazgo político siempre debe ser responsable, pero acentuó que si las evaluaciones presentadas por el Ejército y los servicios de seguridad acerca de la flotilla hubiesen sido diferentes, también las decisiones del Gobierno serían distintas.
«Debemos ser cuidadosos en el análisis de las declaraciones previas al abordaje del general Ashkenazi sobre qué tipo de fuerza debería aplicarse en esos casos», señaló Begin.
«El entonces jefe del Estado Mayor (Gaby Ashkenazi) dijo que uno de los pasajeros podía portar un arma de fuego. Ashkenazi acentuó que la gente podría recibr golpes y ser esposada. Eso es todo. No hay en ello nada nuevo. Tal vez alguien empuñaría un cuchillo o una pistola de bengalas», recalcó Begin.
A su vez, el Asesor de Seguridad Nacional, Yaakov Amidror, afirmó que no había ninguna garantía de un resultado diferente si los preparativos hubieran sido óptimos. «No hay una receta para hornear por más buena que sea que garantice un pastel perfecto», aseguró el asesor.
Amidror añadió que «el Consejo de Seguridad Nacional es un nuevo integrante del sistema de seguridad y está haciendo grandes esfuerzos para ganarse su puesto. «Desde que fui nombrado, el consejo es cada vez más dominante en el trabajo del gobierno».
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