El ministro de Exteriores israelí, Avigdor Liberman, afirmó que su Gobierno debe dar un ultimátum al presidente palestino, Mahmud Abbás, advirtiendo que si no reanuda las conversaciones y sigue persiguiendo el objetivo de que la ONU reconozca un Estado palestino, Israel dejará de considerarlo un socio legítimo en las negociaciones.
En una entrevista con el diario israelí «Haaretz» Liberman explicó que lo que lo llevó a enviar una carta la semana pasada al Cuarterto de Oriente Medio (EE.UU, Rusia, la Unión Europea y la ONU), en la que abogaba por la celebración de unas elecciones en la que se elija al sucesor de Abbás al frente de la Autoridad Palestina, es que el lider palestino reanudó su campaña en la ONU.
El año pasado, Abbás pidió al Consejo de Seguridad de la ONU que admitiera a Palestina como Estado miembro. Sin embargo, no lo consiguió al no obtener el apoyo mínimo necesario, nueve de los quince miembros del Consejo.
Este año, el presidente tiene previsto solicitar a la Asamblea General que reconozca a Palestina como Estado observador, no miembro, con las fronteras de 1967. En ese organismo, los palestinos pueden conseguir una mayoría automática ya que cuentan con el respaldo de al menos 130 países.
Aunque las decisiones de la Asamblea General no son vinculantes, su apoyo permitiría a los palestinos formar parte del Tribunal Penal Internacional y de esa manera podrían intentar lograr que el Estado hebreo fuese acusado de crímenes de guerra supuestamente cometidos en Cisjordania y Gaza.
«Todo el mundo se pregunta: ¿Por qué ahora? ¿Por qué envié esa carta de repente?», declaró Liberman. «Lo hice porque Abbás está tratando de ganar tiempo hasta noviembre con su estrategia en la ONU», respondió.
«Acudirá a la ONU en septiembre y pronunciará un discurso malintencionado contra Israel, pero intentará conseguir la votación se celebre en noviembre, tras las elecciones estadounidenses. No quiere avergonzar a los americanos antes de los comicios y no arruinará sus relaciones con Obama», señaló.
El ministro de Exteriores declaró en la entrevista que durante los tres últimos años, Israel tomó la iniciativa en el asunto palestino, sino que reaccionó a acciones emprendidas por la Autoridad Palestina, Estados Unidos o los países europeos. «Nuestra política consistía en mantener la calma a toda costa», afirmó.
«Pero eso no puede durar para siempre; al final explotará», agregó. En su opinión, el Estado hebreo debe aprovechar el tiempo que queda hasta noviembre para tomar distintas medidas que frustren los planes de Abbás en la ONU, como imponer duras sanciones diplomáticas y económicas.
«Tenemos capacidad suficiente para conseguir que crea que no merece la pena hacerlo. Por una vez, debemos usar esa capacidad, no solo amenazar», añadió.
A su juicio, el Gobierno israelí «debe tomar una decisión que deje claro a Abbás que si no vuelve a la mesa de negociación y si continúa con sus acciones en la ONU, dejará de considerarlo un socio y no dialogará con él».
Liberman también manifestó que Israel debería emprender una campaña de deslegitimación contra el presidente palestino. «No podemos quedarnos sentados y esperar hasta noviembre para apagar el fuego, como hacemos siempre», subrayó.
Abbás está cometiendo actos de terror diplomático contra nosotros; está llevando a cabo una campaña para deslegitimar a Israel promoviendo boicots, denuncias en el extranjero e incitación», aseguró.
«Nosotros debemos hacer lo mismo con él, de manera que antes del 7 de noviembre (un día antes de las elecciones presidenciales de Estados Unidos), Abbás haya quedado deslegitimado ante los ojos del mundo», señaló.
Liberman indicó que al pedir que se celebrasen de una vez las elecciones en Cisjordania, no pretendía entrometerse en los asuntos internos palestinos, sino recordar que Abbás continúa en el poder a pesar de que su mandato concluyó hace tiempo y por ello no tiene legitimidad.
«Ya vimos que apostar por dictadores en Oriente Medio no ayuda a nadie», dijo. «Al final, Abbás también será expulsado», pronosticó.
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