En un discurso ante el Parlamento israelí, el primer ministro británico, David Cameron, aseguró que «mi apoyo a Israel es firme como una roca» y consideró que el primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, y el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbás, «quieren la paz».
Cameron agregó que no dirá a los israelíes «cómo tienen que hacerla» porque «no necesitan lecciones de moral».
No obstante, el líder británico instó a la dirigencia hebrea a suspender la construcción en los asentamientos judíos en Cisjordania.
«Entendemos la necesidad de interrumpir la construcción en los asentamientos y las acciones hostiles», afirmó Cameron al referirse a los esfuerzos del paz del secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y a las demandas de la comunidad internacional para que Israel deje de ampliarlos.
Cameron llegó a la región para una visita de dos días a Israel y la Autoridad Palestina, la primera que realiza como jefe del Ejecutivo británico desde que llegó al cargo en 2010.
En su discurso, aseguró a los israelíes que se opone a cualquier forma de boicot contra este país y afirmó que «Israel es el hogar nacional del pueblo judío y no aceptaré ninguna demanda que pueda causarle daño».
«La deslegitimación de Israel es algo terrible y juntos la haremos fracasar», manifestó sobre las crecientes demandas en el Reino Unido, y en otros países de la Unión Europea, para imponerle sanciones y un boicot por su política hacia los palestinos.
La comparecencia de Cameron estuvo marcada en todo momento por una gran polémica interna, generada por la aprobación en las últimas veinticuatro horas de dos leyes sobre el servicio militar de los ultraortodoxos y el aumento de la cuota para acceder al Parlamento.
Los diputados árabes no llegaron entraron a la sesión con Cameron, y los ultraortodoxos abandonaron la cámara cuando Netanyahu habló, protestando así por la ley del servicio militar obligatorio para los jóvenes de sus comunidades.
«El embajador ya me había advertido de que ciertas personas se saldrían de la sala, que aprendería el significado de la palabra 'balagán' (desorden, en hebreo), pero no creo que hayamos llegado tan lejos», señaló en su discurso al referirse a la ausencia de casi dos docenas de diputados.
Poco antes, Netanyahu lo recibió cálidamente, aunque con el planteamiento habitual acerca de que los asentamientos no son el obstáculo para la paz, sino el rechazo palestino a reconocer un Estado judío.
«La raíz del conflicto es la negativa de los palestinos a aceptar un Estado judío, y no los poblados en Judea y Samaria», afirmó.
El discurso de Netanyahu fue interrumpido por el diputado árabe del partido de izquierda Meretz, Isawi Frej, que con ironía le gritó: «¡Gracias por dejarme vivir aquí».
Cameron se verá también con el presidente israelí, Simón Peres, y viajará a Belén para reunirse con Abbás.
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