Estados Unidos e Israel manifestaron a Rusia su inquietud por informaciones que aseguran que Siria habría comenzado a pagarle al Kremlin un sofisticado sistema de defensa antiaérea que podría ayudar al presidente Bashar al-Assad combatir una eventual campaña militar aérea occidental en apoyo de los rebeldes que combaten a su régimen.
En base a declaraciones de funcionarios de la administración del presidente Obama, el diario «The Wall Street Journal» publicó que el Gobierno israelí, por intermedio de su ministro de Justicia, Tzipi Livni, le informó al canciller norteamericano, John Kerry, que Siria había comenzado a pagar una compra de armamento por 900 millones de dólares, cuya primera entrega sería en las próximas tres semanas.
Obama supeditó un operativo aéreo - similar al llevado a cabo en Libia en 2012 - a una comprobación de que el régimen sirio haya usado armas químicas para combatir el levantamiento. Aunque se conocieron denuncias al respecto, Naciones Unidas aún no pudo comprobar esas versiones, pero Estados Unidos, Israel, Reino Unido y Turquía aseguraron que hay fuertes indicios en ese sentido.
El sistema ruso S-300 está diseñado para derribar aviones y misiles a un rango de 200 kilómetros. Su instalación permitiría fortalecer las defensas actuales de Siria, también provistas por Rusia.
«Hemos planteado objeciones a esa venta y los estadounidenses también lo hicieron», dijo Livni en Roma luego de su reunión con Kerry.
Al respecto, el secretario de Estado norteamericano advirtió que los misiles son potencialmente desestabilizadores. «Preferiríamos que Rusia no ofrezca ayuda, algo que es potencialmente desestabilizador en relación con el Estado de Israel», subrayó, dando crédito a la información.
Kerry y su homólogo ruso, Sergei Lavrov, cuyos países tienen visiones contrapuestas sobre el conflicto, anunciaron que convocarán a una conferencia internacional sobre Siria para fines de este mes, en la que todas las partes deberán buscar una solución para la crisis, que ya dura más de dos años y que dejó, hasta ahora, más de 70.000 muertos.
Rusia es el principal proveedor de armas de Siria. Kerry señaló que ello sigue siendo una preocupación para su país, pero destacó que sería contraproducente confrontar ahora con Moscú por ese tema, en lugar de hacerlo en la próxima conferencia. «Creo que dejamos bastante claro que preferiríamos que Rusia no otorgara ningún tipo de asistencia, eso no cambió», añadió.
«Estamos intentando llevar a las partes a la mesa negociadora de forma que podamos establecer un Gobierno de transición de consenso mutuo», indicó Kerry. «A nuestro parecer, el presidente Al Assad no sería un integrante de ese Ejecutivo», sostuvo.
Lavrov reafirmó que la salida de Al Assad no debe ser una condición previa para las negociaciones de paz, aunque insistió en que Rusia no alienta al líder sirio a permanecer en el poder.
Kerry indicó además que envió a su embajador en Damasco, Robert Ford, a Estambul para reunirse con representantes de la oposición siria y preparar la conferencia internacional. El canciller aseguró que está en contacto con la mayoría de los países que estarían implicados y recibió «una respuesta positiva y deseos de avanzar a esa conferencia e intentar encontrar las posibilidades de encontrar una salida política».
Además, Kerry confirmó oficialmente el desbloqueo de 100 millones de dólares adicionales de ayuda humanitaria para los refugiados, de los que la mitad servirán para ayudar a Jordania a hacer frente al flujo de sirios que huyen del conflicto.
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