El presidente sirio, Bashar al-Assad, reconoció implícitamente que recibió el sofisticado sistema de misiles de defensa antiaérea S-300 rusos, lo cual dificultaría cualquier posible intervención armada extranjera en su país, devastado por la guerra civil.
Al Assad aseguró que Siria recibió ya un primer cargamento de misiles rusos.
El mndatario sirio afirmó además que en su país hay una «presión popular» para abrir un nuevo frente en los Altos del Golán contra Israel.
«Hay una clara presión popular para abrir el frente de resistencia contra Israel en el Golán. Hay varios factores, entre ellos, las repetidas agresiones israelíes», indicó el presidente en una entrevista con Al Manar, el canal de la organización terrorista libanesa Hezbolá.
Al Assad reafirmó también su confianza en la victoria de sus tropas y prometió que será «candidato a la presidencia del 2014 si el pueblo así lo quiere».
«Hay una guerra mundial llevada adelante contra Siria y la política de resistencia de Siria, Irán y Hezbolá, pero tenemos confianza en la victoria», agregó.
«Todos los acuerdos con Rusia se cumplirán y una parte ya se cumplió recientemente», añadió.
Moscú, un aliado de Al Assad, justificó su decisión de suministrar el sistema de defensa antiaérea a Damasco, cumpliendo así con un contrato firmado años atrás.
Según el viceministro ruso de Relaciones Exteriores, Serguei Riabkov, este suministro impedirá «internacionalizar el conflicto».
Por otro lado, una reunión para preparar la Conferencia sobre Siria tendrá lugar el próximo 5 de junio en Ginebra, anunció un comunicado de la ONU.
«Podemos confirmar que el 5 de junio representantes de Estados Unidos, Rusia y la ONU tendrán una reunión tripartita en Ginebra para preparar la Conferencia Internacional sobre Siria propuesta por rusos y estadounidense», indicó el comunicado.
Estados Unidos y Rusia buscan organizar una conferencia de paz internacional, que reuniría a representantes del régimen sirio y de la oposición, con el fin de buscar una salida al conflicto. Ahora dicha cumbre parece más empantanada que nunca, según los observadores.
La Coalición Nacional opositora siria aseguró que no participará en ninguna conferencia «mientras Irán y el Hezbolá continúen con su invasión a Siria».
Esta declaración se produce después de ocho días de intensas discusiones en Estambul entre los representantes de una oposición dividida.
Al Assad advirtió que cualquier acuerdo que se pudiese alcanzar en la conferencia o en negociaciones con la oposición tendría que ser aprobado en referéndum.
El mandatario manifestó además que un «fracaso de la conferencia no cambiará mucho la situación dentro de Siria, ya que las bandas no cesarán en su sabotaje. La oposición dice que quiere un gobierno de transición donde el presidente no tiene ningún papel, pero los poderes del presidente son determinados por la Constitución y el presidente no puede renunciar a sus prerrogativas, la Constitución no le pertenece a él».
Por esa razón, Al Assad aseguró que no renunciará a sus poderes, que volverá a candidatarse y se mostró confiado en la victoria.
Sobre la implicación de Hezbolá en la guerra civil, Al Assad reconoció implicitamente que miembros de este movimiento chiíta se encuentran en su país, pero agregó que su presencia no es para defender al régimen sirio sino para luchar contra «los terroristas extranjeros y sus agentes en Siria y el Líbano».
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