Los ministros de Exteriores de la Unión Europea (UE) decidieron la inclusión de Hezbolá en su lista de organizaciones terroristas, una resolución que hasta ahora habían evitado tomar, según jufisticaban, «por el potencial efecto desestabilizador que podría tener en la zona». La rama política de Hezbolá forma parte del Gobierno de Líbano y la Unión Europea participa en muchos proyectos que tienen a este grupo como interlocutor político.
La decisión de la UE se refiere exclusivamente a la rama militar de Hezbolá y la colaboración política con Líbano seguirá adelante, según informaron fuentes diplomáticas de Bruselas citadas por el diario israelí «Yediot Aharonot».
El gobierno de Reino Unido libró una importante campaña sobre sus socios comunitarios para convencerlos de una iniciativa que lleva mucho tiempo persiguiendo. La inclusión en la lista es además una demanda de EE.UU e Israel.
El apoyo explícito de Hezbolá al régimen de Bashar al-Assad en Siria y la creciente evidencia de que el atentado terrorista que se produjo en un autobús en Bulgaria el año pasado crearon el clima propicio para considerar terrorista al ala militar de Hezbolá.
«Cuando un ataque terrorista se produce en suelo europeo tiene que haber consecuencias. Europa tiene que reconocerlo y hacerle frente», aseguró el ministro británico de Exteriores, William Hague, en la reunión.
Incluir a Hezbolá en la lista de organizaciones terroristas supone un importante boicot a la actividades de ese grupo libanés apoyado por Irán. La principal consecuencia es la congelación de cualquier activo que puedan tener en territorio comunitario.
No obstante, fuentes diplomáticas admitieron que será difícil delimitar si esos activos pertenecen a la rama militar o a la civil.
Más allá de las implicaciones prácticas, la decisión que los ministros tomaron supone más un mensaje político en la línea de que Europa no tolerará actividades terroristas en su propio territorio sin castigar a los autores.
Además del atentado en Bulgaria, Hezbolá también está acusada de haber planeado un ataque contra los intereses israelíes en Chipre.
La semana pasada los representantes de cada Estado mantuvieron reuniones en las que se vencieron casi todas las resistencias para adoptar esta decisión. Los representantes checos, austríacos, irlandeses, malteses y eslovacos figuraban como los más reticentes, aunque fuentes europeas aseguraron que esa lista se había reducido a tres al final de la semana. Por eso los ministros esperaban ser capaces de anunciarla.
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