No hubo novedades en el discurso del presidente norteamericano, Barack Obama, debido a que las palabras que dirigió a la nación no eran las que planeaba pronunciar 48 horas antes de producirse. La dinámica puesta en marcha que daba prioridad a los esfuerzos diplomáticos provocó que Obama se limitó a explicar el deber moral que considera que tiene Estados Unidos de responder al uso de armas químicas por parte del régimen de Bashar al-Assad.
«Nuestros ideales y nuestros principios están en juego», dijo el mandatario desde la Casa Blanca.
«La falta de reacción a un ataque que viola las leyes internacionales y es un crimen contra la humanidad supone sin duda una amenaza para la seguridad nacional norteamericana», agregó.
El mandatario admitió que «la carga del liderazgo puede ser muy pesada?, pero que no se pueden ignorar las atrocidades cometidas por los tiranos.
Obama afirmó que EE.UU fue durante más de siete décadas «el ancla de la seguridad global» y se preguntó en qué mundo viviríamos si eligiéramos mirar «hacia otro lado». Respondiendo a quienes definen y acusan a EE.UU de ser la policía del mundo, el presidente explicó que en el planeta pasan cosas terribles cada día en las que no se pude intervenir pero que con «un esfuerzo modesto» se puede prevenir asesinar con gases tóxicos a niños inocentes. «Por eso creo que hay que actuar», sentenció.
El mandatario estadounidense aseguró preferir una solución pacífica y quedar a la espera de saber si la propuesta rusa - que dio un giro total a la crisis Siria - da resultado, aunque dijo que era muy temprano para saber si tendrá éxito.
Obama añadió que ordenó al Ejército que permanezca en el estado de alerta actual para mantener la presión sobre Asaad y poder responder de inmediato si la situación lo requiere. De hecho, recalcó que el régimen de Siria sólo reaccionó cuando vio que la amenaza de intervención era real. «Cuando los dictadores cometen atrocidades cuentan con que el mundo mirará para otro lado. La pregunta es qué va a hacer EE.UU», insistió.
«Si no actuamos, el régimen de Assad no encontrará límite para poder volver a usar sus armas químicas, armas que tras negar su existencia reconoce ahora que son reales al aceptar el plan de Rusia de ponerlas a disposición de la comunidad internacional», aseveró.
«Nadie pone en duda que se emplearan armas químicas en Siria. Las imágenes de la masacre son impactantes. Hombres, mujeres y niños alineados en el suelo, asesinados por el gas, echando espuma por la boca, padres implorando a sus hijos que se levanten y anden mientras yacen muertos. Si lo admitimos, nuestra propia seguridad está en peligro», recalcó.
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