El presidente depuesto de Egipto, Mohamed Mursi, reclamó que es un preso político en su segunda comparecencia ante un tribunal penal de El Cairo en el juicio por su fuga de prisión a comienzos de 2011, durante la revolución que acabó en febrero de ese año con el mandato del entonces presidente, Hosni Mubarak.
Mursi, vestido con el uniforme blanco que se entrega a los detenidos que están pendientes de juicio, pasó toda la sesión en el interior de una jaula de cristal, una medida adoptada para impedir que se repita la situación de la vista anterior, cuando Mursi interrumpió varias veces el juicio con sus alegatos a gritos.
En su comparecencia ante el tribunal, Mursi señaló que es el «presidente legítimo del país», antes de denunciar que su jucio «no es legal». Por su parte, los otros detenidos gritaron el lema «Abajo con el régimen militar».
Mursi sorprendió al designar un abogado defensor para este caso, el intelectual islamista Mohamed Salim El Awa, que le representará en este proceso y en otros tres. En otro caso en el que se le juzga por incitar a la violencia contra los manifestantes, el presidente depuesto se negó a nombrar a un abogado con el argumento de que no reconoce la autoridad del tribunal.
El Awa, que fue candidato en las elecciones presidenciales de 2012, que ganó Mursi, defendió a varios miembros de los Hermanos Musulmanes durante el régimen de Mubarak aunque negó que sea miembro de la Hermandad.
También fue asesor legal del partido islamista Wasat, estrecho aliado de los Hermanos Musulmanes. Finalmente, la vista judicial no fue difundida en directo por la cadena de televisión estatal, como se informó previamente. La comparecencia de Mursi fue retransmitida con varias horas de retardo.
Las imágenes mostraron a Mursi con uniforme blanco caminando nervioso junto a otros acusados de los Hermanos Musulmanes. El presidente depuesto se atrevió a gritarle al juez: «¿Quién es usted?», a lo que el magistrado le respondió que es el jefe del Tribunal Penal de El Cairo.
Los cargos que afronta Mursi en este juicio están relacionados con la fuga de más de 20.000 presos de tres prisiones de Egipto durante los primeros días de la revolución que derrocó a Mubarak. Los fiscales sostienen que los acusados incendiaron sedes penitenciarias, cometieron asesinatos e intentos de asesinatos y saqueos en cárceles para permitir la salida de terroristas de Hamás y Hezbolá.
Mursi y otros 130 acusados son sospechosos de haber desarrollado un complot para derribar al Estado y sus instituciones. Los fiscales aseguran que más de 800 terroristas de la Franja de Gaza se infiltraron en Egipto usando lanzagranadas RPG y armamento pesado, secuestraron a cuatro policías y mataron a varios más para lograr liberar las tres prisiones.
Antes del inicio de la sesión, seguidores del jefe del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, el general Abdel Fatah al-Sisi, intentaron impedir la entrada de los abogados defensores en el tribunal y les insultaron. El lugar en el que se celebra el proceso, la Academia de Policía, está protegido por fuertes medidas de seguridad.
Por su parte, la organización terrorista palestina Hamás, que controla la Franja de Gaza, rechazó este las acusaciones vertidas por la fiscalía egipcia y aseguró que no ayudó al ex mandatario a huir de la cárcel.
«Todas las acusaciones son mentiras», informó Hamás a través de un comunicado, en el que subrayó que las mismas son «absurdas» y que están «politizadas». Además, agregó que se trata de un intento de «atacar al movimiento, a su historia y a sus miembros».
«Dejen de exportar la crisis interna egipcia a Gaza y a los palestinos. Sólo beneficia los intereses de la ocupación sionista de Israel, el principal enemigo de Egipto y Palestina», añadió, según informó el diario egipcio «Al Ahram» citado por «Haaretz».
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