El Museo Regional de Wiesbaden, en Alemania, recomprará a los herederos de un coleccionista judío una obra del pintor alemán Hans Von Marées robada por los nazis, después de lograr recolectar para ese fin 35.000 euros en donaciones de los ciudadanos.
El director de la galería, Alexander Klar, anunció que la obra, que fue legada al museo en 1980 por un coleccionista de Wiesbaden, será recomprada a una fundación israelí, heredera del propietario original del cuadro, por un total de 200.000 euros.
«Es algo que atañe a todos los museos», declaró Klar, al referirse a la obligación moral de restituir los bienes culturales expoliados por los nazis a los herederos de sus propietarios legítimos.
La obra «Die Labung» (El ungido), de Von Marées (1837-1887) perteneció al empresario judío Max Silberberg, de Wroclaw, que en 1935 se vio obligado a vender gran parte de su colección - centrada en el arte alemán y francés de los siglos XIX y XX -, ante la presión del régimen nacionalsocialista.
El empresario, que al igual que su esposa Johanna murió en el campo de exterminio de Auschwitz, contaba con más de 200 obras de artistas como Monet, Renoir, Degas, Rodin, Cézanne, Van Gogh y Liebermann.
La fundación israelí, heredera de Silberberg, accedió tras la restitución de la obra de Von Marées a su venta de vuelta al museo.
Alemania está en la obligación de estudiar el origen de las obras de arte que forman parte de los fondos de sus museos, dijo el titular de Cultura del estado federado de Hesse, el democristiano Boris Rhein.
«En Hesse centralizaremos la búsqueda de arte expoliado», anunció el ministro, que precisó que en 2015 se creará en el museo de Wiesbaden una central con dos científicos que estudiarán asimismo las obras pertenecientes a los museos regionales de Darmstadt y Kassel.
Los 200.000 euros por el cuadro de Von Marées proceden en un tercio de la Fundación Cultural de los Estados Federados y de la Asociación de Amigos del Museo, respectivamente.
El último tercio procede en parte del dinero recolectado por el museo en el marco de una iniciativa en la que apelaba a la participación ciudadana para hacer justicia y poder indemnizar a los herederos del propietario legítimo de la obra.
En el marco de esa iniciativa, la galería colgó el cuadro con el reverso de cara al público con la intención de volver a mostrarlo sólo cuando se hubiera logrado recaudar fondos suficientes para adquirir la obra.
A pesar de no lograr recaudar la cifra marcada como objetivo, el director del museo, que precisó que hubo donaciones desde cinco hasta 1.500 euros, se mostró satisfecho.
Para completar la suma restante, la Fundación Cultural de Hesse hará también una aportación, por lo que Klar y Rhein podrán volver a mostrar el cuadro - que data de entre 1879 y 1880 - al público.
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