La judería de Toledo, la más importante de España, brilla más las noches del 7 al 15 de diciembre gracias a Jánuca, la fiesta de las luminarias, en la que se celebra la recuperación de la independencia hebrea a manos de los macabeos sobre los griegos, además de la purificación del Templo de Jerusalén de los iconos paganos en el siglo II a.C.
Para limpiar y arreglar el santuario, los judíos tuvieron que utilizar la iluminación de la menorá. La narrativa es que sólo encontraron un pequeño frasco de aceite que fue suficiente para prender la lámpara por un día. Sin embargo, la luz se mantuvo encendida durante siete días más.
Esto dio origen a la principal costumbre de la Jánuca: encender progresivamente la januquiá de nueve brazos, uno por cada días de fiesta más un brazo «piloto».
Con motivo de Jánuca, el Ayuntamiento de Toledo inauguró este lunes un alumbrado especial para engrandecer aún más la judería, desde la iglesia de San Juan de los Reyes hasta la sinagoga del Tránsito. Para ello se emplearon luminarias y menorot (candelabros de siete brazos).
El programa de actos con el que se realzó el legado sefardí de la ciudad está salpicado de degustaciones de quesos kosher y dulces propios de la fiesta, como las «sufganiot».
En una ciudad turística como Toledo no podían faltar las visitas guiadas por el barrio judío y los recorridos temáticos en el Museo Sefardí.
El día 12, la compañía «El Bolo Feroz» convertirá la judería en un lugar donde no faltarán los pasacalles, los cuentos, la magia, la música y juegos, como el sevivón, un trompo de cuatro lados en el que se apuestan dulces o nueces.
El 13 se llevará a cabo un concierto de canciones sefardíes del coro Hora Ludens. Los asistentes recibirán velas para que las enciendan y empleen a modo de aplauso.
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