Las buenas relaciones entre la Iglesia y el judaísmo se volvieron a poner de manifiesto con la publicación de un nuevo documento sobre la relación entre las dos confesiones a raíz del 50 aniversario de «Nostra Aetate», la declaración que marcó un hito entre ambas religiones.
El escrito fue redactado por 25 importantes rabinos ortodoxos de Israel, Estados Unidos y Europa, y recogió en sólo una semana la firma de más de 2.000 rabinos ortodoxos, reveló en Roma el rabino David Rosén, director de Asuntos Interreligiosos del American Jewish Committe (AJC), durante su presentación.
El texto lleva por título «Hacer la voluntad de nuestro Padre en el cielo: hacia una asociación entre judíos y cristianos» y señala que «al separar el judaísmo y el cristianismo, Dios quería una separación entre socios, no una separación entre enemigos».
Es la primera vez que los rabinos ortodoxos (los más estrictos en las observancias de las leyes judías) aseguran que «judíos y cristianos, tiene una misión común, basada en la Alianza, para perfeccionar el mundo bajo la soberanía del Todopoderoso. Ninguno de nosotros puede llevar a cabo la misión de Dios en este mundo por separado».
También dicen que «imitando a Dios, judíos y cristianos deben ofrecer modelos de servicio, amor incondicional y santidad». «Fuimos creados a imagen de Dios. Judíos y cristianos seguimos dedicados a la Alianza jugando un papel activo juntos para redimir el mundo».
El escrito fue presentado en la Oficina de Prensa del Vaticano por importantes personalidades: el Cardenal Kurt Koch, Presidente del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos, el rabino David Rosén del AJC en Jerusalén; el profesor y teólogo judío Edward Kessler, fundador y director del Woolf Institute en Cambridge y el P. Norbert Hoffmann, Secretario de la Comisión para las Relaciones Religiosas con el Judaísmo.
El rabino Rosén subrayó que el documento revela no sólo los avances en las directrices propuestas por «Nostra Aetate» de apreciar la auto comprensión judía sino también un reconocimiento del lugar de la Torá en la vida del pueblo judío y, de acuerdo con el trabajo de la Pontificia Comisión Bíblica, un reconocimiento de la integridad de la lectura judía de la Biblia que es diferente de la cristiana.
«El mismo hecho de que el documento también cita extensamente fuentes rabínicas judías es un testimonio más de este aspecto», indicó.
Sobre la situación en Tierra Santa aseguró que «Los pueblos viven allí en la alienación mutua y el descontento, y creo que la Iglesia católica puede desempeñar un papel importante en la reconstrucción de la confianza, como por ejemplo hizo el Papa Francisco con su iniciativa de oración por la paz».
Por su parte, el Cardenal Koch explicó que «se trata de un documento explícitamente teológico que pretende retomar y aclarar las cuestiones afrontadas en las últimas décadas en el diálogo católico-judío».
«Nunca antes nuestra Comisión había presentado un documento de signo teológico en sentido estricto», destacó.
Sin embargo, el nuevo documento «pretende destacar que el diálogo con el judaísmo, después de 50 años, se asienta ahora sobre un terreno sólido, porque en este arco de tiempo se obtuvieron muchos resultados».
«Estamos muy agradecidos por todos los esfuerzos llevados a cabo tanto por parte judía como por parte católica para la promoción de nuestro diálogo».
El Purpurado expresó que es importante recordar «que sobre todo desde el punto de vista teológico, estamos sólo ante un nuevo principio: quedan muchas cuestiones abiertas que requieren ulteriores estudios».
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