La ministra de Cultura y Deportes israelí, Miri Regev, anunció que suspenderá la financiación al Festival de Cine de Jerusalén si no retira del programa un filme sobre la vida del magnicida Igal Amir, asesino del primer ministro Itzjak Rabín en 1995.
«Si los organizadores del Festival de Jerusalén no retiran la película 'Al límite del miedo', que presenta de forma humana al asesino del primer ministro, se terminará la financiación del festival», dijo Regev.
El documental, una coproducción israelo-ruso-letona, describe las relaciones entre Amir, su mujer Larisa (con la que se casó estando ya en prisión) y su hijo en común Yinón, y expone los aspectos más humanos del magnicida y su familia.
La coproducción debía competir en el Festival, pero provocó una ola de protestas.
«La historia del asesinato abominable del primer ministro Rabín no merece ser proyectada, exactamente como ocurre con la historia de cualquier asesino o terrorista. No siempre lo que es legal, es también moral», se quejó el jefe de la oposición, el laborista Itzjak Herzog.
Asimismo, Regev suspendió la financiación estatal al teatro Al Midán, de la ciudad de Haifa, donde se presentaba una obra sobre la vida de un terrorista palestino convicto por asesinato.
Regev, que amenazó con suspender a instituciones que recibían ayudas públicas que «dañaran al estado», argumentó su decisión en supuestas irregularidades descubiertas en el teatro, donde se presentaba la obra, bajo el ojo público en las últimas semanas.
La ministra oficializó su decisión de congelar los presupuestos para el teatro hasta que se lleve a cabo una investigación sobre los recursos económicos de la institución.
Allí se presentaba «Vida Paralela», obra sobre la vida del terrorista preso y miembro del Frente Popular para La Liberación de Palestina (FPLP), Walid Daka, que en los años '80 secuestró y asesinó al soldado israelí Moshé Tamam.
La medida siguió a la visita de un alto funcionario del Ministerio de Cultura al teatro de Haifa y una revisión de sus finanzas.
El Ministerio de Cultura no precisó la cuantía de la ayudas que fueron interrumpidas, mientras que el teatro no se pronunció públicamente sobre la cuestión.
Tras las acusaciones generadas por ambos casos, Regev declaró que crearía una comisión para estudiar el tema y que, de acuerdo a la recomendación, decidiría su forma de accionar.
Desde que llegó al cargo hace un mes, (Regev 50), una de las políticas más ultranacionalistas del Likud, provocó una guerra cultural en Israel por sancionar a todo tipo de instituciones con proyectos que considera «poco patrióticos», generalmente creaciones críticas con la ocupación o que defienden posturas pacifistas.
Las amenazas contra el Festival de Cine de Jerusalén, por la proyección del documental sobre Amir se interpretan como una forma de eludir las críticas por la politización de las instituciones culturales.
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