Simon Johnson, el alto ejecutivo de fútbol de Reino Unido, Simon Johnson, puso en marcha una campaña para evitar que Israel sea suspendido de la FIFA. En sus declaraciones reveló un intento de evitar la propuesta de la Asociación de Fútbol de Palestina, que debe ser debatido por la FIFA la semana próxima.
Johnson, también Director Ejecutivo del Consejo de Liderazgo Judío del Reino Unido, dijo que envió cartas a una amplia gama de figuras internacionales, entre ellos el secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, el presidente de la CONCACAF (Confederación de Norte, Centroamérica y del Caribe de Fútbol) y vicepresidente de la FIFA Jeffrey Webb, el secretario general de la Confederación de Fútbol de Oceanía, Tai Nicholas y el presidente de la Federación de Fútbol de Estados Unidos y miembro del Comité Ejecutivo de la FIFA, Sunil Gulati.
Johnson, que hasta hace un año era director de asuntos corporativos de la Asociación de Fútbol Inglés y encargado de la oferta de Inglaterra para la Copa Mundial de 2018, dijo que si la propuesta de los palestinos de excluir a Israel prospera, «sería un acto espantoso de deslegitimación».
«Sería humillante para Israel, sería noticia de primera plana en todo el mundo y daría al movimiento BDS un enorme impulso», agregó.
«Informé a la FIFA de la gran preocupación de la comunidad judía de Reino Unido ante la perspectiva de la propuesta de suspender a Israel para ser discutido y sometido a votación en el próximo Congreso de la FIFA. Si Israel fuera suspendido, esto tendría un impacto devastador en la reputación de la FIFA entre la comunidad judía de Reino Unido y todos los que aborrecen la deslegitimación del Estado de Israel», dijo Johnson.
«La FIFA se enfrenta a una propuesta motivada políticamente que nada tiene que ver con el deporte», agregó.
«Incluso, al llevar este asunto a votación se corre el riesgo de traer un conflicto político internacional complejo y emotivo a los terrenos de la FIFA y al corazón de la familia del fútbol internacional. Sin duda, eclipsaría el Congreso. Cualquier debate sobre el asunto sería polémico, y, aunque el voto de suspender pueda no ser aprobado, la unidad del fútbol en el momento de una Cumbre se hará añicos, de manera pública y polémica», destacó.
En su carta, Johnson recordó a los destinatarios que el fútbol estuvo durante mucho tiempo por encima de la política internacional y fue de dar esperanza y optimismo en zonas donde hay conflictos.
«En la larga historia de la FIFA, a pesar de muchas disputas políticas internacionales, nunca se votó a favor de suspender a un miembro de la asociación», señaló.
«Durante el conflicto de los Balcanes, las guerras en Afganistán e Irak, el conflicto de Somalia, las guerras civiles en Sudán y en el actual conflicto entre Rusia y Ucrania, la FIFA se mantuvo por encima de la política y no tomó medidas que podrían favorecer a una parte u otra», explicó.
Johnson sostuvo que si en estas circunstancias se trata de debatir y votar la suspensión de Israel, no haberlo hecho antes con cualquier otra asociación miembro de la FIFA cuyo país se encuentra en tal o cual conflicto, sería una injusticia y una discriminación».
«Eso sería visto, justificadamente, como discriminatorio y perjudicial, no sólo por la comunidad judía de Reino Unido, sino por todas las comunidades judías del mundo. Sería empañar la reputación de la FIFA y atraer críticas por parte de los gobiernos y parlamentarios y permitiría que el fútbol se viera envuelto en una compleja disputa política internacional».
El embajador de Israel en Gran Bretaña, Daniel Taub, escribió en el mismo tenor a los directores generales de las cuatro asociaciones de fútbol en Reino Unido: Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte.
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