En una comparecencia ante la Comisión de Seguridad y Exteriores del Parlamento, Gantz, que dirigió esa operación, detalló ante los diputados los gastos del operativo militar durante 50 días, y señaló que sólo en pertrechos militares y armamento ascendió a 9.000 millones de shékels.
A continuación, tanto él como el ministro de Defensa, Moshé Yaalón, hicieron un resumen de las necesidades de su país en seguridad y pidieron un suplemento presupuestario para 2015 de 11.000 millones de shékels (3.081 millones de dólares) para reponer y modernizar armamento.La petición cuenta con la tajante oposición del ministro de Finanzas, Yair Lapid, que se niega a que el año que viene el presupuesto de seguridad supere los 52.000 millones (unos 14.565 millones de dólares), según un acuerdo de principios alcanzado antes de la operación.
Lapid, acosado por el Banco de Israel para que suba los impuestos con el fin de pagar el gasto de esa guerra, sostiene que las FDI deben pasar un proceso de reorganización presupuestario y adaptarse a las necesidades.
La cifra ofrecida por Gantz no incluye los daños derivados de la guerra, como la pérdida de ingresos y de productividad en el mercado y las compensaciones por daños materiales y humanos a la ciudadanía afectada por los miles de cohetes disparados por Hamás y otras organizaciones terroristas desde Gaza.
Frente a los gastos de Israel, un responsable de Naciones Unidas dijo en Ginebra que el coste de la reconstrucción de la Franja Gaza tras la ofensiva militar será como mínimo de 4.000 millones de dólares aunque puede alcanzar los 12.000 millones.
«Una cifra extremadamente conservadora es de 4.000 millones de dólares, pero se puede ir hasta los 12.000 millones. Lo peor es que tomará más de diez años reconstruir la infraestructura», afirmó el coordinador de la Asistencia al Pueblo Palestino del Organismo de la ONU para el Comercio y el Desarrollo, Mahmud Elkhafif.
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