El Gobierno israelí expresó «su profunda preocupación» ante la nueva ronda de negociaciones que las principales potencias mundiales mantendrán con Irán y pidió al Grupo 5+1 (EE.UU, Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania) evitar «un mal acuerdo».
«Es preferible que no haya acuerdo a que se alcance un mal acuerdo», dijo en rueda de prensa el ministro israelí de Asuntos Estratégicos, Yuval Steinitz, quien se mostró escéptico sobre la posibilidad de que Teherán vaya a hacer las concesiones que la comunidad internacional le exige.
Steinitz mencionó entre ellas la demanda de apagar y desmantelar sus más de 19.000 centrifugadoras, así como el reactor de agua pesada de Arak.
«Irán no mostró hasta ahora ninguna flexibilidad en estos dos asuntos principales», valoró Steinitz y aseguró que, aunque el tono del Gobierno de Hassan Rohaní sea distinto, en la sustancia es el mismo que el de Mahmud Ahmadinejad.
A punto de viajar a la Asamblea General de la ONU para defender la postura israelí y recién regresado de una ronda de consultas sobre el tema con la Administración estadounidense, Steinitz consideró que «las negociaciones del Grupo 5+1 con Irán van por la dirección errónea».
El ministro explicó que cualquier acuerdo que no incluya esas dos condiciones básicas dejarán a Irán a las puertas de la bomba nuclear, lo que tendría consecuencias durante décadas para toda la región, entre ellas, dijo, la de que otros países de Oriente Medio pidan tener la misma condición de país con tecnología nuclear.
Argelia, Egipto, Arabia Saudita, mencionó entre otros, «lo pedirán y no se les podrá decir que no».
Por ello, solicitó al presidente norteamericano, Barack Obama, que cumpla su máxima de que «un no acuerdo es mejor que un mal acuerdo» y que se apegue, junto a las otras potencias, a los principios"que se fijaron.
«Un acuerdo malo sería un fracaso. Un no acuerdo abriría la puerta a un buen acuerdo en el futuro», sentenció al valorar que en la ronda de negociaciones que se celebrarán en Nueva York no habrá progresos genuinos.
El temor de Israel en estos momentos es que cuestiones más urgentes en el escenario internacional, entre las que mencionó la crisis de Ucrania, la guerra en Siria o la guerra contra el Estado Islámico (EI) en Irak, lleven a las potencias occidentales a aceptar con prisa un acuerdo con Teherán que no contemple las dos condiciones básicas.
«Un acuerdo bajo estas circunstancias creará un mundo peligroso», agregó Steinitz, para quien el mundo debe entender que de la misma forma que ve necesario combatir al EI debe afrontar el problema de un Irán nuclear.
«Quiero ser claro en que Israel apoya la coalición internacional contra el EI, pero ésta no debe ir a expensas de la lucha contra el proyecto nuclear de Irán. Hay que parar a los dos. El EI es un Estado islámico en gestación y que nos recuerda porque hay que parar a Irán», acentuó.
El ministro declinó revelar si en sus tratativas con Washington la Administración Obama prometió a Israel que no aceptaría un «mal acuerdo» - según su propia descripción - y argumentó que «el diálogo se lleva a cabo en la máxima confianza y confidencialidad».
Pero reconoció que «fui a Washington preocupado y regresé preocupado, sin la impresión de que se vaya a producir algún cambio razonable hasta noviembre», cuando concluye el plazo que las partes se dieron.
Por su parte, el primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, exhortó a Estados Unidos y a los países de Occidente a que no fortalezcan a Irán con el fin de debilitar al Estado Islámico y a los grupos yihadistas en Siria e Irak.
Netanyahu expresó su «total apoyo» a los llamamientos de Obama para una acción unida contra el EI y precisó que Israel participa en esos esfuerzos.
«Israel está haciendo su aporte en la lucha contra el EI, hay cosas que se saben más y cosas que se saben menos», afirmó al asegurar que «los países árabes están revaluando sus relaciones con Israel debido a que afrontamos los mismos enemigos».
Según medios locales, la Inteligencia israelí fue la que ofreció a Estados Unidos la información necesaria sobre los blancos que fueron atacados la semana pasada.
Oficialmente, Israel se mantiene fuera de la coalición que Washington trata de armar para combatir la creciente influencia yihadista en Oriente Medio, aunque en el último año estrechó la cooperación en asuntos de seguridad con los regímenes de Egipto, Jordania y Arabia Saudita, que también coinciden en ver una doble amenaza en el EI y en Irán.
En referencia a los presuntos contactos entre Teherán y Washington para coordinar posturas en la lucha contra el EI, Netanyahu advirtió de que Estados Unidos y el resto de la comunidad internacional no deben hacer concesiones a Irán en las negociaciones para frenar su programa nuclear.
«Occidente no debe fortalecer a chiítas extremistas para debilitar a sunitas extremistas», dijo en ese sentido.
«Lo que busca Irán es quedarse con el material nuclear que enriqueció y echar un día a los inspectores y dirigirse hacia una bomba atómica», subrayó.
«Si Irán alcanza un arma nuclear, verán como cosas que nunca imaginaron se hacen realidad», alertó.
Para Netanyahu, el EI, Hamás, Al Qaeda, Hezbolá y los grupos islamistas radicales son todos «ramas del mismo árbol envenenado».
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