En entrevistas publicadas por los diarios «Israel Hayom» y «The Jerusalem Post», el primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, enunció un mes después del operativo contra Hamás en Gaza los principales retos del último año y analizó los desafíos de cara al futuro.
«Irán es la amenaza más grande a corto, medio y largo plazo para Israel y para el mundo. Tiene ambiciones globales no sólo para dominar Oriente Medio, sino también ambiciones retorcidas para imponer su horrible creencia en todo el mundo», opinó el mandatario.
El peligro, según Netanyahu, no sólo se esconde tras la potencia persa, sino que es equiparable al daño que el Estado Islámico (EI) podría causar al resto del mundo en el caso de adquirir capacidad bélica nuclear o química.
«Esta es una gran amenaza para el mundo, pero en primer lugar para nosotros. Porque somos la avanzada de la civilización que tanto aborrecen y desean borrar de la faz de la tierra. Ellos dicen mucho. Y es lo que quieren decir, les tomo la palabra», agregó Netanyahu.
Preguntado sobre la voluntad mostrada por Irán de luchar contra el EI, aseguró que se trata sólo de disputas internas por gobernar el mundo islámico motivadas por sus propios intereses y añadió que son las mismas razones por los que Hezbolá y el presidente sirio, Bashar al-Assad, quieren combatirles.
Asimismo, reafirmó su idea de que Irán, EI y Hamás son diferentes caras de la misma moneda.
«La ambición compartida más grande es el dominio regional y, en última instancia, global, sin contemplar los derechos humanos, el pluralismo o la democracia, sino más bien la adhesión a la violencia contra su propio pueblo y todos los demás», explicó.
A este respecto, Netanyahu destacó la importancia de «diagnosticar correctamente las amenazas terroristas, incluso cuando la respuesta puede no ser evidente o políticamente correcta».
El mandatario consideró que la comunidad internacional, y en particular «algunos vecinos árabes», comienza a dar los primeros pasos para protegerse contra los actuales desafíos.
En cuanto a las conversaciones indirectas en con las delegaciones palestinas en El Cairo para lograr una tregua permanente, que se reanudarán el próximo octubre, Netanyahu se mostró firme en su demanda de defender el desarme de Hamás como única garantía para proteger la seguridad de Israel.
«Las tratativas en El Cairo con los palestinos son negociaciones de seguridad, no de paz», aclaró.
Por ultimo, el jefe de Gobierno hebreo afirmó que Israel aumentará su presupuesto de Defensa para 2015 en casi 7.500 millones de dólares y añadió que su Gobierno pagará entre 2.100 millones y 2.600 millones de dólares para cubrir los costos de los 50 días de guerra en Gaza.
Según analistas locales, esta decisión llega en un ambiente de debilitamiento económico y estancamiento presupuestario que despertó la especulación de que el ministro de Finanzas, Yair Lapid, podría renunciar al Ejecutivo.
Lapid, socio de centro de Netanyahu, se resistió hasta el momento a las propuestas que pedían un incremento en la financiación para Defensa temiendo que esto se tradujese en un incremento en los impuestos.
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