Israel se declaró en máximo estado de alerta al coincidir Yom Kipur, el día más sagrado del calendario judío, con Eid al-Adha (Celebración del Sacrificio) , una de las fiestas más importantes de los musulmanes.
Efectivos de la Guardia Fronteriza y equipos antidisturbios se desplegaron en los principales puntos conflictivos de Jerusalén y otras ciudades mixtas mientras que el paso a través de los puestos de control entre Israel, Cisjordania y Gaza fue cerrado hasta la noche del sábado.
Este toque de queda, ordenado por el Ministerio de Defensa, sólo pudo ser roto por razones humanitarias y previa coordinación con las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
Durante estas semanas fue coordinada la acción para evitar posibles estallidos de violencia, pero aún así fueron desplegados efectivos extra de seguridad también en hospitales y en servicios de socorro.
Yossi Bajar, jefe de la unidad de operaciones de la policía hebrea, precisó que no hubieron informaciónes que puedan inducir a pensar en disturbios, pero que aún así «se elevó la seguridad».
Un despliegue especialmente visible se llevó a cabo en Jerusalén, donde la tensión y la violencia crecieron desde que el pasado 30 de junio cuando cerca de Hebrón fueron hallados tiroteados los cadáveres de tres estudiantes judíos desaparecidos tres semanas antes.
Dos días después, radicales judíos ultranacionalistas religiosos raptaron y quemaron vivo a Mohamad Abu Kdeir, un adolescente palestino que vivía en Shoafat, uno de los barrios de Jerusalén Este, asesinato que caldeó aún más los ánimos.
También la decisión del Gobierno israelí de construir nuevas viviendas en barrios árabes de Jerusalén Este y la entrada de familias judías en un grupo de edificios del barrio jerosalimitano de Silwán, junto a la Ciudad Vieja, hicieron que los temores a que la violencia estalle se multiplicaran.
La tensión fue mayor en torno al Monte del Templo, el Muro de los Lamentos y la Explanada de las Mezquitas, escenarios en las últimas semanas de enfrentamientos.
En otras ciudades mixtas, como Akko o Yaffo, además de tales medidas se pusieron en marcha iniciativas para tratar de elevar el nivel de diálogo entre judíos, musulmanes, circasianos y drusos, que también celebraron Eid al-Adha.
De la misma manera, cientos de policías fueron desplegados entre la ciudad árabe de Nazaret y la localidad vecina de Nazaret Illit.
En las ciudades mixtas se permitió, no obstante, la circulación de vehículos cerca de los cementerios musulmanes.
Maguén David Adom, por su parte, elevó también al máximo su nivel de alerta, con un dispositivo especial para atender los casos de aquellas personas que no pudieron soportar el ayuno ritual.
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