Varios altos cargos gubernamentales criticaron el decreto del alcalde de Ashkelón, Itamar Shimoni, por anunciar la suspensión del trabajo «hasta nuevo aviso» de empleados árabes en guarderías donde se construyen refugios.
El primer ministro hebreo, Binyamín Netanyahu, afirmó que «en Israel no hay lugar para la discriminación contra los árabes israelíes».
«No podemos generalizar todo un sector por culpa de una minoría violenta y exaltada», señaló.
«La gran mayoría de los ciudadanos árabes israelíes respetan las leyes y sólo actuaremos con determinación contra aquellos que no las cumplan», dijo Netanyahu.
A su vez, la ministra de Justicia, Tzipi Livni, aseguró que la decisión de Shimoni es «ilegal» y por lo tanto, recurrió para su inmediata revocación.
Livni informó que solicitó a la Fiscalía General que estudie la resolución del intendente.
La policía, por otra parte, anunció que no impedirá a los empleados acudir a sus trabajos.
El líder ultranacionalista religioso, Naftali Bennett, fue rotundo en su crítica: «El 99,9% de los árabes israelíes son fieles al Estado de Israel. Como ministro de Economía, no toleraré que vulneren los derechos de ningún trabajador por su religión o raza. Que quede claro, esto no ocurrirá en Israel. Con los terroristas, mano dura y con el resto mano conciliadora», aseveró.
Por su parte, el ministro de Interior, Gilad Erdán, consideró que «la inquietud por la ola de terrorismo no debe repercutir en partes enteras de la población de Israel».
La iniciativa también fue condenada por miembros de la oposición.
El líder del Partido Laborista, Itzjak Herzog, sostuvo que «esta decisión inaceptable e inmoral sólo puede contribuir a la atmósfera de miedo e intimidación».
Su compañero de lista, el parlamentario Najman Shai, coincidió en que la ordenanza era ilegal y dijo que debía ser inmediatamente rescindida.
El diputado del partido izquierdista Meretz, Isawi Frej, llamó en la radio pública israelí al alcalde a dar marcha atrás en su decisión y calificó la medida de «racista» y de haber utilizado «esa pobre excusa para limpiar la ciudad de árabes».
También el legislador Ahmed Tibi, de la formación Lista Árabe Unida, destacó que el intendente «debería ser juzgado por racismo».
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