Dos terroristas palestinos asesinaron a cuatro civiles israelíes e hirieron a otros ocho, cuatro de ellos de gravedad, en una sinagoga en el barrio de Har Nof, en Jerusalén. Tras atacar a los fieles judíos en el interior del recinto religioso, ambos agresores fueron abatidos por policías que llegaron posteriormente.
Los terroristas atacaron con una pistola, un hacha y un cuchillo de carnicero a los fieles que rezaban en el interior. Tras abatirlos, la policía registró el lugar por si pudiera haber un tercero, aunque esa posibilidad se descartó posteriormente.
Medios locales identificaron a los atacantes como Ghasán y Udai Abu Yamal, residentes en el barrio jerosalimitano de Jabel Mubaker. Fuerzas de seguridad israelíes se desplegaron en el lugar y entraron en la casa de la familia de ambos primos.
Las organizaciones terroristas palestinas Hamás, Yihad Islámica y el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP) alabaron el ataque.
«Hamás llama a la continuación de las heroicas operaciones de venganza e insiste en que la ocupación israelí es la responsable de la tensión en Jerusalén», declaró el portavoz de ese grupo islamista, Sami Abu Zuhri.
La organización vinculó el ataque con la muerte en extrañas circunstancias de un conductor de autobús palestino el domingo y con los recientes incidentes en el Monte del Templo cerca de la Mezquita de Al Aqsa.
El FPLP comunicó que «esa forma de resistencia debe aumentar».
Por el contrario, el presidente de la Autoridad Palestina (AP), Mahmud Abbás, condenó el atentado e insistió en poner fin a la ocupación con una solución negociada y la creación de un Estado palestino.
Por su parte, el primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, culpó tanto a Hamás como a Abbás del ataque.
«El sangriento y cobarde atentado es el resultado directo de la incitación de Hamás y de Abu Mazen (Mahmud Abbás), que la comunidad internacional está ignorando de manera irresponsible», afirmó Netanyahu, y añadió que «Israel responderá con mano dura».
«Es una acción terrorista y cobarde contra personas inocentes que sólo querían rezar y que nace de la incitación al odio y la violencia en las redes y medios de comunicación dependientes de la AP. Hamás y otros grupos extremistas alientan estas acciones, por ejemplo, pidiendo venganza por la muerte de un palestino, que según la autopsia y la policía no fue atacado sino que se suicidó», señaló el ministro israelí de Seguridad Interior, Itzjak Aharonovich.
Desde Londres, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, se comunicó con Netanyahu y condenó el ataque. «Simplemente no tiene lugar en la conducta humana», dijo.
Este es uno de los peores ataques perpetrados en Jerusalén desde 2008, y se produce tras una serie de atentados individuales llevados a cabo por palestinos contra israelíes, en los que murieron varias personas.
El ataque devuelve Jerusalén a los peores tiempos de la Segunda Intifada y eleva aún más la tensión en la ciudad. La forma y sobre todo el escenario elegido - una sinagoga - convierten este atentado en una «acción estratégica» que pueden cambiar las relaciones entre Israel y la AP.
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