El alcalde de Jerusalén, Nir Barkat, exigió emplear mano dura contra los jóvenes palestinos que arrojan piedras y cócteles molotov a vehículos israelíes, y que causaron la muerte de un civil cuando circulaba por una avenida de la ciudad.
«Lanzar una piedra es aterrorizar a la gente», dijo Barkat en una conversación telefónica con periodistas locales, al pedir a las autoridades gubernamentales que endurezcan las leyes para poder hacer frente a la ola de violencia que vive la capital de Israel desde hace más de una semana.
Barkat, quien visitó el lugar de los hechos junto con el primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, afirmó que «una piedra mata» y que la reciente ola de violencia en la ciudad se debe a que los castigos contra los atacantes palestinos son insuficientes.
«Actualmente, los menores de 18 años son puestos en libertad, por lo que no tienen ninguna disuasión. La ecuación debe ser que paguen por tirar piedras y que reciban el mismo tratamiento de alguien que usa un arma», sentenció.
Netanyahu prometió el domingo que su Gobierno ampliará la «guerra contra el lanzamiento de piedras» más allá del perímetro municipal de Jerusalén.
«No aceptamos en el Estado de Israel que se produzcan esos incidentes y no sólo hablo de los altercados que se registran en Jerusalén, sino también en la Galilea y el Neguev», declaró durante su visita a la carretera en la que murió el ciudadano israelí cuando regresaba de una cena con motivo de Rosh Hashaná.
El jefe del Ejecutivo hebreo encabezó una reunión de un equipo ministerial y de expertos en la que se decidió endurecer las medidas de prevención y castigo contra la violencia de las últimas semanas en Jerusalén, que causó además varios heridos.
«Tratamos de proveer de herramientas a los soldados y policías para que actúen con extrema firmeza contra los que apedrean. Cambiaremos la política en la guerra contra los que arrojan piedras y cócteles Molotov», aseguró.
Las nuevas medidas a implementar de manera gradual pasan por revisar los protocolos para disparar, las penas mínimas para este tipo de delitos y la imposición de elevadas multas a los menores que arrojen piedras, así como a sus progenitores.
Netanyahu y Barkat mostraron su compromiso con el mantenimiento del status quo religioso en el Monte del Templo, escenario esta semana de duros enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad israelíes y jóvenes musulmanes palestinos.
«Estamos a favor de que reine un estricto status quo en el Monte del Templo, status quo que es constantemente alterado por agitadores que se atrincheran allí y acosan a devotos o cualquier visitante judío. No es aceptable y lo tratamos con Jordania (custodio de los lugares sagrados del islam en Jerusalén, donde está la Explanada de las Mezquitas) y otros actores», señaló.
Barkat explicó que ello significa que «los judíos y los turistas pueden visitar el lugar pero no rezar, mientras que los musulmanes pueden visitarlo y rezar».
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