«El terrorismo viene de la voluntad de destruirnos y no de la desesperación palestina», destacó el primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, en la apertura de la sesión de invierno del Parlamento hebreo.
«Sin embargo, nuestras ganas de vivir destruirán a las de matar de nuestros enemigos», advirtió el premier, y rechazó una vez más las declaraciones según las cuales Israel trata de cambiar el status quo en el Monte del Templo o se encuentra en guerra contra con el islam. «Esas interpretaciones son mentiras», destacó.
El mandatario confirmó al mismo tiempo que - una vez obtenido vía libre del fiscal general - su Gobierno quiere poner fuera de la ley al ala norte del Movimiento Islámico del país, que «instiga junto a Hamás hacia una guerra religiosa contra Israel».
Netanyahu no olvidó a la Autoridad Palestina (AP), cuyo presidente, Mahmud Abbás, «debe rechazar esa instigación y condenar los atentados terroristas palestinos».
El jefe del Gobierno acusó a los partidos árabes de «socavar» al país y exhortó a los ciudadanos árabes de Israel a que «expulsen a los extremistas que estén entre ustedes».
El líder hebreo prometió vencer al terrorismo tras la multiplicación de agresiones y afirmó que Israel superará esta oleada de ataques.
«El terrorismo con cuchillo no nos vencerá» dijo.
Durante su discurso, Netanyahu señaló a la diputada árabe, Hanín Zoabi, entrevistada un día antes por un medio de Hamás en el que llamó a una Intifada general contra la población de Israel, y señaló que esto supone una clara incitación a la violencia. Además informó que pidió al fiscal general, Yehuda Wenstein, que abra una investigación penal contra ella.
La Lista Conjunta Árabe, tercera fuerza política del Parlamento, abandonó el plenario durante la intervención de Netanyahu en señal de protesta.
Hoy martes tendrá lugar una huelga general del sector árabe israelí en solidaridad con Cisjordania y con la Mezquita de al-Aqsa en Jerusalén.
Netanyahu es blanco de severas críticas por no frenar la violencia. De acuerdo con una encuesta difundida esta semana por el Canal 2, más de 70% de los consultados se manifestó insatisfecho con la manera en que maneja la crisis.
Según un informe presentado ante el Parlamento por el subjefe de la policía, Bentzi Sao, por ahora hay 68 agentes heridos en los enfrentamientos con piedras y botellas incendiarias. De los 300 arrestos de palestinos y árabes israelíes, más de la mitad son menores de edad.
Por su parte, el movimiento colono israelí aprovecha la oleada de violencia y disturbios para avanzar en su proyecto colonial. Desde el asesinato del matrimonio Henkin, en el norte de Cisjordania el pasado 1 de octubre, mantiene tiendas de protesta ante la residencia de Netanyahu en Jerusalén.
«Llegamos aquí porque creemos que estamos en el principio de la tercera Intifada, y si Israel toma los pasos que tomó hace trece años para parar la última, podrá detener ésta antes de que estalle», declaró Yossi Dagán, iniciador de la protesta y representante de los asentamientos judíos en el Consejo de Samaria.
Dagán exigio dos medidas: «mano dura contra los terroristas y aumentar la construcción judía en los territorios».
Según él, «cuando Israel construye no hay terrorismo y cuando deja de construir, retorna con más fuerza».
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