El presidente norteamericano, Barack Obama, recibió al primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, en su primera visita a Washington desde el acuerdo nuclear iraní y el deterioro de sus relaciones personales.
Netanyahu dijo que mantiene su visión de «dos Estados», pero afirmó que los palestinos deben reconocer a Israel como un Estado judío. Además reafirmó el deseo de su Gobierno de alcanzar la paz con cualquiera de sus vecinos que tenga un genuino deseo de lograr ese objetivo.
«Nunca vamos a renunciar a nuestra esperanza por la paz y nos mantenemos comprometidos a una visión de paz para dos Estados para dos pueblos, un Estado palestino desmilitarizado que reconozca al Estado judío», apuntó.
Obama, por su parte, condenó la última ola de ataques palestinos y apoyó el derecho a defenderse de Israel, aunque dijo que quería escuchar las ideas de Netanyahu para disminuir las tensiones en medio de una renovada ola de violencia.
No obstante, el presidente señaló que su Gobierno mantiene sus esfuerzos para lograr un acuerdo de paz entre Israel y y los palestinos pese a que el Ejecutivo hebreo sigue sin dar indicios sobre el eventual reinicio de tratativas en este sentido.
«Nosotros vamos a discutir como podemos volver a la senda de la paz y como hacer para asegurar que las legítimas aspiraciones de los palestinos se cumplan a través de un proceso político, y asegurarnos a la vez que Israel pueda defenderse», dijo Obama.
Las pláticas de paz se encuentran suspendidas sin visos de un pronto reinicio, aunque la Administración Obama reconoció la imposibilidad de alcanzar ese logro durante su gestión.
La conversación entre Obama y Netanyahu se centró también en el acuerdo de cooperación militar conocido como el MOU, el cual expirará en 2017 y que Israel busca renovar por diez años más a un costo de diez mil millones de dólares.
Netanyahu fue uno de los más fuertes críticos del acuerdo nuclear logrado en julio con Irán, porque afirmó que no detendría su avance hacia las armas nucleares y pondría a Israel en peligro.
El mandatarop destacó esas preocupaciones al dirigirse en un discurso ante el Congreso estadounidense en marzo, durante un viaje en el que Obama se negó a recibirlo.
«No es ningún secreto que el primer ministro y yo tenemos un profundo desacuerdo limitado a este asunto, pero no estamos en desacuerdo en la necesidad de asegurar de que Irán no logre el arma nuclear», dijo Obama.
Netanyahu remarcó las acciones iraníes para desestabilizar la región, pero no mencionó directamente el acuerdo. Lo que sí subrayó es la necesidad de que «Estados Unidos continúe con la ayuda militar a Israel para que se pueda defender de cualquier amenaza».
«Todo el mundo sabe que tuvimos diferencias sobre este acuerdo, pero ahora se trata de decidir qué podemos hacer», afirmó el primer ministro, rehusando profundizar sobre mecanismos de control del pacto.
La reunión entre ambos pareció cordial, al menos durante la corta interacción con la prensa, y en todo caso, diferente al tenso encuentro de 2011 en que Netanyahu pareció querer aleccionar a Obama sobre el sufrimiento del pueblo judío a través de las épocas.
En Washington, donde estará hasta el jueves, Netanyahu se entrevistará con varios congresistas norteamericanos y recibirá un premio del American Enterprise Institute, de orientación conservadora. También acudirá al Center for American Progress, una institución académica cercana a los demócratas.
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