El presidente electo, Hassan Rohani, afirmó que Irán seguirá enriqueciendo uranio, pero prometió mayor transparencia para demostrar que el programa nuclear de la República Islámica está destinado solamente a usos civiles.
Rohani también reafirmó la línea del régimen en el conflicto sirio, otro punto de fricción con Occidente, al rechazar cualquier injerencia externa y respaldar la permanencia del presidente Bashar al-Assad en el poder hasta las elecciones de 2014.
«La época de las demandas occidentales para detener el enriquecimiento de uranio ya pasó», señaló Rohani en su primera rueda de prensa desde su clara victoria electoral que puso fin a ocho años de poder del campo conservador.
El próximo mandatario, que reemplazará a Mahmud Ahmadinejad en agosto, señaló sin embargo que existen muchas maneras de «establecer la confianza» entre las potencias occidentales e Irán, que está dispuesto a hacer gala de «mayor transparencia a fin de demostrar que sus actividades de enriquecimiento se realizan en el marco de las reglas internacionales».
«El principio consiste en dinamizar las negociaciones con el Grupo 5+1 (EE.UU, Francia, Gran Bretaña, Rusia, China y Alemania). La cuestión nuclear sólo puede resolverse mediante negociaciones. Las amenazas y las sanciones son ineficaces», agregó.
«Las sanciones son injustas, el pueblo iraní no hizo nada para soportarlas. Nuestras actividades nucleares son legales. Las sanciones son perjudiciales para Occidente y favorecen solamente a Israel», añadió.
Rohani supeditó además los contactos con Estados Unidos a que Washington acepte dialogar «en pie de igualdad» y que reconozca «los derechos de Irán, sobre todo los derechos nucleares».
El mandatario electo prometió durante su campaña una mayor flexibilidad ante Occidente, pero su margen de maniobra es estrecho, pues el presidente es solamente el número dos del régimen islámico, detrás del líder supremo, Alí Jamenei, que se ocupa de los grandes asuntos estratégicos, como la política nuclear y las relaciones diplomáticas.
«Rohani usará su experiencia de diplomático para reducir la presión de las sanciones gracias a la negociación», comentó su asesor económico, Mohamad-Bagher Nobajt, citado por el diario israelí «Haaretz».
Rohani también destacó su voluntad de desarrollar las relaciones con Arabia Saudita, que sufrieron un serio deterioro, principalmente a causa de la crisis siria.
«La prioridad de mi gobierno será reforzar las relaciones con los países vecinos, los países del Golfo Pérsico y los países árabes que tienen una importancia estratégica y son nuestros hermanos», declaró.
Rohani advirtió en especial contra cualquier injerencia extranjera en Siria, un país desangrado por la guerra civil, en momentos en que las potencias occidentales discuten la posibilidad de armar a los rebeldes.
«La crisis en Siria se resolverá con el voto de los sirios. El actual gobierno debe ser respetado por los demás países hasta las elecciones presidenciales de 2014, y luego el pueblo decidirá», aseveró.
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