Varios países árabes ultiman en la ONU una propuesta de resolución sobre Siria que condena la violencia y muestra su total apoyo al plan de la Liga Árabe, similar a la vetada por Rusia y China en el Consejo de Seguridad, y que esperan votar la próxima semana en la Asamblea General.
El proyecto de resolución condena las violaciones sistemáticas de derechos humanos en Siria, llama al régimen de Bashar al-Assad a detener de forma inmediata los ataques contra la población civil y pide a los grupos armados que se abstengan de recurrir a la violencia.
El texto, patrocinado por Arabia Saudita y en el que varios países árabes seguirán trabajando, llama a un proceso político sin exclusiones liderado por los sirios, desarrollado en un ambiente libre de violencia, intimidación y extremismo, y que permita al pueblo sirio afrontar sus legitimas aspiraciones.
Sin pedir expresamente la salida del poder de Al Asad, el borrador muestra su total apoyo a la propuesta de la Liga Árabe de facilitar una transición política a partir de un diálogo serio entre el régimen y todo el espectro de la oposición, que termine desembocando en un sistema democrático y plural.
Asimismo, la propuesta invita al secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, a designar a un enviado especial al país árabe que ayude a promover una solución pacífica a la crisis y a informar sobre la implementación de la resolución una vez que pasen quince días desde su aprobación.
La propuesta de resolución, que invita a todos los Estados miembros a apoyar los esfuerzos de la Liga Árabe, insta a las autoridades sirias a cooperar con su misión de observadores, a permitir el acceso de la ayuda humanitaria y la presencia de los medios de comunicación internacionales en todo el país.
Fuentes diplomáticas del Consejo de Seguridad detallaron que los países árabes esperan seguir trabajando durante estos días en el borrador y que tendrán una nueva reunión el lunes antes de presentarlo en la Asamblea General, donde no existe el poder de veto.
Ese órgano de Naciones Unidas, en el que están representados todos los países que forman parte de la ONU, celebrará ese día una sesión especial sobre la situación en Siria, en la que participará la alta comisionada de Derechos Humanos, Navi Pillay.
Se trata de un nuevo intento de que la ONU aumente la presión para que Al Asad detenga la represión y se inicie un proceso de transición que acabe con una violencia que ha causado la muerte de más de 5.400 personas en once meses que duran las revueltas contra el régimen.
La acción en la ONU sobre la crisis siria pasará así del Consejo de Seguridad, donde Rusia y China vetaron ya dos resoluciones de condena a Damasco, a la Asamblea General, un órgano que el pasado diciembre ya adoptó por una amplia mayoría una resolución en la que condenó la situación de los derechos humanos en Siria y pidió el fin de la represión contra los manifestantes.
La ola de violencia sigue asolando Siria y la ONU condenó este fin de semana el doble atentado en Aleppo, la segunda ciudad del país, en el que murieron 28 personas y más de 200 resultaron heridas, y que las autoridades atribuyeron a grupos terroristas mientras que el Ejército Libre Sirio, integrado por militares desertores, apuntó a las fuerzas de seguridad.
Ban Ki Moon emitió un comunicado de condena al doble atentado y reiteró que la violencia es inaceptable, al tiempo que llamó a todas las partes a cesar las hostilidades e insistió en que la crisis siria sólo podrá resolverse a través de una solución pacífica que tenga en cuenta las aspiraciones democráticas del pueblo.
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