La Liga Árabe anunció el cese de relaciones diplomáticas con Siria y solicitó la intervención de de una misión de paz conjunta bajo supervisión de la ONU y de la propia Liga para atajar la represión del régimen del presidente sirio, Bashar al-Assad, que contraviene el derecho Internacional.

De igual modo, la Liga abrió sus canales de comunicación con la oposición siria y se comprometió a prestar cualquier tipo de ayuda política y material para respaldar a los críticos del régimen de Al Assad, según la resolución final presentada en El Cairo.

La resolución condena al Gobierno sirio por violar el derecho Internacional al emplear la violencia contra los civiles, aboga por el procesamiento de los responsables y, finalmente, reitera su llamamiento a que los países árabes impongan sanciones económicas a Damasco.

Además, la Liga Árabe exigió el endurecimiento de las sanciones económicas sobre Siria y solicitó el fin de toda cooperación diplomática con el régimen de Al Assad. Los ministros de Exteriores de la organización decidieron también retirar a sus embajadores de Damasco.

Los jefes de la diplomacia árabe acordaron también suspender todas las formas de colaboración diplomática con los representantes del régimen sirio en los distintos países, entidades y conferencias internacionales.

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