El enviado de la ONU a Siria, Kofi Annan denunció que el régimen no retiró las armas pesadas y afirmó que el ataque a las ciudades donde la oposición se reunió con observadores es «absolutamente inacceptable».
Mientras la violencia continuaba en Damasco, Annan dijo al Consejo de Seguridad: «necesitamos de ojos y oídos en el terreno, que puedan moverse con libertad y rápido para supervisar el irregular cese al fuego». Pero el jefe de las operaciones de paz de la ONU señaló que el despliegue de observadores se estaba desarrollando muy despacio.
Annan dejó claro que las fuerzas sirias no retiraron el armamento pesado de los centros urbano ni regresaron a los cuarteles militares, como lo obliga un plan de paz de seis puntos que él elaboró y que el Gobierno del presidente Bashar al-Assad prometió cumplir.
«La situación en Siria continúa siendo inaceptable. Las autoridades sirias deben implementar sus compromisos completamente, y el fin de la violencia en todas sus formas debe ser respetado por todas las partes», afirmó.
Annan denunció que el Gobierno sirio estaba atacando a personas en áreas donde los observadores se habían reunido con civiles. Y señaló que estaba «particularmente alarmado por los reportes de que las tropas del Gobierno ingresaron a Hama después de que se fueron los observadores disparando armas automáticas y matando a un número importante de personas».
Activistas dijeron que 31 personas murieron debido a bombardeos y tiroteos en Hama inmediatamente después de la visita de la misión de observadores.
La embajadora estadounidense ante la ONU, Susan Rice, observó además que las autoridades sirias rechazaron a al menos un observador militar debido a su nacionalidad y que se dejó en claro que no se aceptará a personal del organismo procedente de los países que integran el grupo «Amigos de Siria».
El grupo de 14 naciones incluye a los Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Arabia Saudita, Turquía y Qatar, que afirmó que Assad perdió su legitimidad pues su ofensiva de 13 meses contra las manifestaciones por la democracia llevó al país al borde de una guerra civil.
Rice también confirmó que el Subsecretario General de las Operaciones de Paz de la ONU, Herve Ladsous, dijo al Consejo que pasará otro mes antes que 100 observadores, de 300 monitores no armados que serán enviados a Siria, lleguen al país para ayudar a supervisar el frágil cese al fuego.
Annan dijo al Consejo que el canciller sirio, Walid Moualem, le escribió una carta en la que dice que «el retiro de las tropas y las armas pesadas de los centros poblados y sus alrededores está ahora completado y las operaciones militares cesaron».
El enviado de la ONU dijo también que le preocupaban los reportes sobre enfrentamientos en áreas donde el equipo de avanzada de los observadores no había llegado, como Idlib y Derá. «El Gobierno no puede finalizar sus operaciones en un área y retomarlas en otra», afirmó.
El ex secretario general dela ONU indicó que sentía frustración, diciendo: «Nuestra paciencia fue puesta a prueba hasta el límite».
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